Siguiendo el articulo ya publicado en un primer momento titulado ¿Por qué Venezuela vive está “tragedia”?, donde expuse parte de la problemática actual en términos económicos como lo es la inflación, la emisión inorgánica de dinero y la imposición de precios, hablemos de la segunda parte, en este tratáremos control cambiario, sector exterior y sus efectos en las contracciones del PIB venezolano.

Para nadie es un secreto que Venezuela es un país netamente dependiente del sector exterior, no produce nada (además del petróleo), por lo que sus únicos ingresos provienen del sector petrolero, emisión de deuda y su famosa impresora de pobreza (impuesto inflacionario). Con esto dicho, sabemos que Venezuela no puede depender de una actividad productiva, tiene que diversificar algunos sectores e importar lo que necesite, es decir, producir los alimentos, por ejemplo, e importar productos que permitan aumentar la productividad como lo puede ser la tecnología.

Ahora bien, ¿que papel juega el control cambiario? las bandas de cambiarías y los diferentes caminos que se tienen para obtener divisas cada vez son más restrictivos, ya que los precios que se establecen no son los que realmente estaría dispuesto a satisfacer el mercado, provocando la escasez de divisas y la actuación de un mercado paralelo. Adicional a esto, la disminución de ingresos petroleros que también dificultan la entrada de divisas obliga al gobierno a vender bonos, denominados como “bonos del hambre”.

Por consiguiente, esto ha llevado a la mayoría de empresarios a desplazarse al mercado no oficial para hacerse de las monedas necesarias para poder importar bienes y servicios. Para el 2015, el sector exterior en Venezuela puede llegar a formar parte de casi el 50% sobre el PIB del país, lo que significa que los controles cambiaros dificultan que se desarrolle la actividad económica en su totalidad, afectando a los productores en sus oficios diarios y que reducen su capacidad productiva, por lo que afecta a toda la sociedad venezolana. vemos en el gráfico de abajo el aumento de importaciones y la disminución de la exportaciones, para datos más actuales, véase: Asdrúbal Oliveros. “En medio de las protestas: Una mirada a la crisis económica”.

Una solución a las problemáticas podría ser la adaptación de una única tasa cambiaría o la eliminación de la misma, ocasionaría que el mercado divisas se encontrara un precio de equilibrio, que eliminaría el paralelo y serviría para adaptar las expectativas inflacionarias, de esta forma poder tomar medidas para disminuirla, lo que actualmente no se prevé, sino lo contrario, la crisis actual estimada en una contracción del 13,3 % del PIB (Asdrúbal Oliveros, véase: “¿Qué está pasando con la economía venezolana?”en medio de las protestas que sucumben el país dificultan aún más las importaciones de bienes y servicios. Junto a ello, podríamos agregar la diversificación de la actividad productiva, para dejar de ser tan dependiente del sector exterior y que sean otras actividades que fomenten la producción, como se mencionó en párrafos anteriores. El camino de reconstrucción de Venezuela seria largo, pero valdría mucho la pena.