El cáncer es un padecimiento que causa temor e incertidumbre para muchos, ya que es una enfermedad en la que las células anómalas se dividen sin control y destruye los tejidos corporales. Haciendo una pequeña comparación entre esta enfermedad y la corrupción podemos decir que las dos son degenerativos y destructivos, y se pueden alojar en cualquier parte del organismo o en el caso de la corrupción en cualquier institución.

Para esta comparación, tomare un paciente en este caso será Venezuela, y el órgano donde se aloja esta enfermedad es el sector público. Para saber de qué padece el paciente, este debe ser examinado y diagnosticado con el fin de buscar una solución.

Desde hace mucho tiempo Venezuela padece de corrupción, según su historial médico esta anomalía no es reciente en el organismo del paciente. Pero como para cada enfermedad se necesitan pruebas que determinen su origen, tipo y etapa.

Transparencia Internacional es unas de las organizaciones dedicadas a detectar un tipo de cáncer en específico y es el que se aloja en el sector público, para ello la organización realiza un examen a un grupo de pacientes cada año, esta evaluación médica es llamada Índice de Percepción de Corrupción (IPC) e indica la gravedad que se percibe del cáncer para cada paciente.

Para 2018 los resultados de la evaluación médica de Venezuela (el paciente) arrojaron valores muy por debajo de los normales obteniendo un IPC de 18 puntos, la medida utilizada va desde 100 que significa altamente transparente a 0 revelando que el país es altamente corrupto, indicando que el paciente es uno de los que se percibe más grave en Latino América.

Las manifestaciones más comunes en este tipo de cáncer son: los sobornos, el desvió de fondos públicos, el nepotismo, el aprovechamiento de la función pública para beneficio personal, entre otras. Síntomas que cada vez son más notables en el paciente, lo que dificulta el buen funcionamiento del sector u órgano afectado.

Para muchos médicos (analistas) el cáncer está en una etapa muy avanzada, pero existen diversos tratamientos que pueden ayudar a revertir esta situación, logrando que el cuerpo del paciente funcione en plena normalidad sin afectar a los demás órganos. Y aunque la cura de este cáncer en el sector público parece muy lejana, los tratamientos comprobados por otros países son efectivos y buscan reducir, y en algunos casos hasta eliminar los síntomas y células cancerosas (sobornos, el nepotismo, la burocracia, y demás manifestaciones).

Los tratamientos más comunes y efectivos para controlar este tipo de cáncer son: las rendición de cuentas de los encargados de administrar recursos, el acceso de la sociedad civil a la información sobre asuntos públicos, regular el financiamiento de partidos políticos, establecer un marco jurídico que condene los delitos asociados a casos de corrupción entre otras medidas que contribuyen a disuadir al cáncer o el abuso de la función pública. Para que estos tratamientos sean eficaces es importante la participación de la sociedad civil, los medios de comunicación y la tecnología ya que son elementos esenciales para controlar con mayor rapidez a la corrupción.

Como el cáncer, la corrupción deber ser detectada, controlada y tratada a tiempo para que no afecte el desarrollo económico del país. Si usted padece de cáncer consulte a su médico y busque una solución, pero si usted es parte de la corrupción preocúpese puede ser más destructivo que el cáncer.