Desde el inicio del estudio académico de la economía se ha mantenido que el egoísmo es el centro del comportamiento de los agentes que intercambian dentro de un sistema económico, que eso,  y en muchos casos, solo eso define la racionalidad o irracionalidad de este, ¿Pero qué ocurre cuando el egoísmo aísla a una individualidad hasta verse limitada al acceso a su desarrollo?, ¿Realmente es el egoísmo el que permite el crecimiento que se espera?, ¿El consumo o la producción sólo depende de la satisfacción individual o es el impulso de intereses conjuntos los que generan los intercambios?, es la cooperación un factor controversial que a pesar de las negativas ha desencadenado en diversas áreas de la economía un mecanismo de crecimiento que podemos exponer como ejemplo para su reproducción al ser una vía alterna para avanzar.

Cooperación es la base

Si definimos cooperación como valor consiste en el trabajo en común llevado a cabo por parte de un grupo de personas o entidades mayores hacia un objetivo compartido, según esto, primeramente al caracterizar la cooperación extraemos que debe tener un objetivo de común interés, sin embargo, la cooperación nacen de la necesidad del apoyo ante alguna carencia o debilidad desde la individualidad para alcanzar ese mismo fin de manera independiente. Existen estados nación que han adoptado el impulso de relaciones comerciales y económicas basadas en la cooperación como fórmula para marcar el nuevo rumbo ante procesos de recesión, crisis internas o barbarie que desata los fenómenos de crisis en las sociedades como meta común, tales es el caso de Venezuela que desmontó y allanó las políticas fiscales para instaurar las unidades productivas cooperativas de manera expedida y con estímulo a la migración o Francia que las actividades derivadas de la cooperación económica debido a la problemática de elevado Gasto Público que se enfrente en dicho país como resultado del rezago que genera el sistema económico actual. La cooperación como centro y en esfuerzos mayores ha creado instancias multilaterales donde se desarrollan planes de difusión de estos mecanismos cooperativos, tal es el caso de UNASUR o la Unión Europea desde todos los espectros políticos, ¿Pero han realmente solucionado o superado las debilidades de sus países integrantes o de sus ciudadanos y ciudadanas?, ¿Qué hizo no alcanzar los objetivos los procesos de cooperación? Como el caso de Venezuela que se convirtió en una caja de conversión para la estafa y corrupción y Francia que hasta 2014 alcanzaba el 0,01% de la población incorporada a estas políticas de cooperación.

La unilateralidad definitivamente es quien desencadena el fracaso de cualquier política o corriente social, no reconocer los procesos previos para la reinstauración como base socioeconómica a la cooperación en los pueblos sigue permitiendo el encause del egoísmo como proceso único de determinación de comportamiento y subsistencia del sistema actual; Estaremos dando golpes al viento, escribiendo poesía social.

El éxito de cooperar

Cada región posee determinantes que no deben ser obviados y que incontrovertible su reconocimiento en medio del diseño de esta introducción deben ser comprendidos, sin embargo, el centro y objetivo principal de la difusión es que permita el mayor aporte a las trasformaciones necesarias y así lograr el éxito y resultados positivos en la cadena productiva, casos de éxito como Brasil, donde la unidades cooperativas fueron responsables de un 37.2% del PIB agrícola y el 5.4% del PIB global para el año 2009. En Bélgica donde las cooperativas farmacéuticas tienen una participación en el mercado de 19.5% cifras publicadas por COOP Las Américas en su informe anual de 2010 y que hoy podemos evidenciar crecimientos importantes 8 años después antes las diversas caídas del sistema económico mundial en algunos casos duplicando la porción de participación ante el hecho necesario de compresión que mediante del apoyo mutuo es posible resurgir o soportar embates cíclicos.

El reto de Latinoamérica

A pesar de ser Latinoamérica el mayor indicador de iniciativas de cooperación también posee el mismo record de fracasos en este mismo renglón, definitivamente es imprescindible la sistematización de estrategias aplicadas para la superación de problemáticas de manera focalizada y evitar el riesgo a fracaso por incidencias como la unilateralidad de los estados, la corrupción y conflictos de interés propios de los cambios culturales que puedan ser combatidos con la naturalización de las practicas cooperativas con hechos concretos y el desarrollo de la ética social para evita la desconfianza en un verdadero cambio de paradigma.

Venezuela es un caso de crisis económica que podría servir de punta de lanza en el diseño de un plan de integración y cooperación para la superación de su problemática social mediante el reconocimiento y repudio de malas prácticas derivadas de la ambición y las acciones reptialianas más básicas del nivel humano que no escatima en empobrecer al propio hermano por la supervivencia dentro de un sistema voraz impuesto o generado, pero que está en nuestro día a día y que no podemos permitir su avance. Sólo necesitamos el desmontaje de sesgos que protege a los practicantes de dichas acciones y que avala estas con la premisa que son consecuencias de un poder omnipresente de irrefutable culpa y que más grave aún se profesa, es el único con capacidad de solución. Necesitamos de un conceso necesario y prioritario, para poder salir realmente de nuestro punto histórico actual, necesitamos cooperar.