Cuando apenas faltan solo días (posiblemente meses, tomando en cuenta la medida que hace unas horas tomó el actual presidente) para vivir quizás la posible reconversión más catastrófica de Venezuela; y si, digo posible porque aún no todos conocen los billetes del nuevo cono monetario, ni cómo será el mecanismo para cambiar los billetes actuales, ni mucho menos el trasfondo de la situación, entonces dificulto que 1: se lleve a cabo, basándonos en el escaso tiempo que hay para hacer un cambio tan radical a una sociedad que esta poco acostumbrada a adaptarse; 2: en caso tal que se lleve a cabo, que tenga éxito. Lo triste del asunto no es que se ejecute dicha reconversión, la cuestión está en que esto no es más que el comienzo del final, porque es un fracaso seguro.

Esta reconversión puede compararse con el maquillaje súper costoso que paga la muchacha con la tarjeta de crédito para quizás ocultar un poco el acné que le cubre toda la cara y con ello solucionar su problema por unas pocas horas y lucir hermosa para la fiesta, sin embargo sabe que al desmaquillarse seguirá teniendo acné . Quizás la comparación sea un tanto ambigua pero si lo vemos desde una perspectiva más formal lo analizamos así:

La entrada del “Bolívar Soberano” en circulación no es más que un maquillaje al proceso hiperinflacionario que se está viviendo en Venezuela, porque esto no se ataca simplemente con quitarle los tres ceros a la moneda -que realmente no son tres, si no seis, ya que si nos vamos al año 2008, cuando el presidente Hugo Chávez decidió llevar a cabo una reconversión monetaria, le quito los tres ceros a la moneda, sumado a los tres de ahora son seis en total- si no creando políticas fiscales responsables que permitan restablecer el déficit fiscal, el cual es un problema trascendental, que define el futuro venezolano. Por otra parte, se puede decir que esta reconversión saldría costosa ya que no se cuenta con la suficiente liquidez por concepto de la misma crisis para enfrentar un cambio de cono monetario.

Entonces es aquí donde hablar del déficit fiscal se hace necesario, ya que es bien sabido que desde hace algunos años el gobierno ha estado gastando mucho más de lo que le ingresa. Estos ingresos pueden darse a través de tres vías principales, ellas son

1. Los impuestos, pero sabemos que estos no tienen una estructura institucional responsable y confiable a través de la cual puedan ser recaudados.

2. La venta de recursos naturales, en nuestro caso de petróleo, y ya está comprobado que Venezuela paso de ser uno de los países mas importantes en la exportación del crudo, a ser uno de los productores menos competitivos en la rama, por no decir el menos competitivo, lo cual nos afecta en gran magnitud debido a que el ingreso por concepto de la venta de petróleos representa un 96% del total de ingresos; eso sin contar que actualmente existen sanciones que perjudican dichas ventas, quedando sólo un 4% libre para sostener la economía, sabiendo esto, entonces no nos queda más nada que decir que: éste, sin duda, es el comienzo del final.

3. El préstamo de dinero a otros países, el ingreso, en este caso, proviene de los intereses que se hayan pactado con el país prestatario, sin embargo, ya se ha presenciado durante años que ha existido regalías por parte de Venezuela a sus países hermanos, como Brasil, Argentina, Ecuador, sólo por mencionar algunos, entonces tampoco se han percibido ingresos por ésta vía.

Ahora, una vez que se mencionaron las distintas formas en que Venezuela pudiese tener ingresos, y observando de manera detallada que estas no son nada alentadoras, concluimos lo que ya muchos saben, al país no le augura nada bueno, sin embargo existen soluciones que en varias oportunidades algunos economistas ya han mencionado, y una de ellas es la dolarización.

Hablar de dolarización es tentador, y más si se está inmerso en una hiperinflación como el caso venezolano, y se hace agradable puesto que al ver las soluciones a corto plazo que ésta opción presenta automáticamente pensamos “¿qué estamos esperando para aplicarla?” sin embargo, esta no es una decisión sencilla de tomar. Ciertamente en el corto plazo una dolarización permitirá solucionar el problema inflacionario pero se estaría postergando –en el mediano plazo- el crecimiento económico y las exportaciones (si a futuro está en los proyectos del país ser una economía medianamente diversificada y no tan dependiente del petróleo) –lo cual en mi opinión no debería ser una posibilidad, sino una realidad a ejecutar, ya que como se mencionó anteriormente, Venezuela depende casi en su totalidad del petróleo- sin embargo, antes de aplicar una medida como esa es necesario evaluar si es viable o no llevarla a cabo.

En Venezuela, como ya se mencionó existen grandes desventajas para aplicar una medida como la dolarización, ya que no sólo se trata de la hiperinflación en la que se está viviendo, debido a que ésta es sólo una consecuencia más de las tantas que se produjeron a raíz de las erradas decisiones que se han tomado, sino de la capacidad de conversión que tenga el país basándose en sus reservas internacionales. Es por tal razón que no está de más recordar que en la actualidad Venezuela se encuentra en default ya que se han cumplido varios de los plazos para cancelar deudas que ha contraído a partir de aumentar su gasto público aún sabiendo que los ingresos no han sido lo suficientemente altos.

En segundo lugar, es necesario recordar que ante la falta de transparencia institucional que se presenta en el país, es prácticamente inviable pensar que existe la confianza necesaria para implementar una medida tal como la dolarización, entonces surge la pregunta millonaria, ¿es viable dolarizar Venezuela?

En ocasiones he escuchado del venezolano de a pie que en el país “la única medida para palear la crisis es que dolaricen, a fin de cuentas ya todo está dolarizado, lo único que no está dolarizado son los sueldos”. Hace días tuve la oportunidad de leer en un artículo escrito por un reconocido economista en el cual señalaba que si el pueblo pedía dolarizar pues había que hacerlo. En base a ello, además de ser un tanto irresponsable su postura, repentinamente se convierte en un tema que abordar, debido a que en el venezolano común se le es permitido, sin embargo leerlo de un profesional es irresponsable.

Entonces la respuesta podría ser, si, en el corto plazo resulta viable dolarizar el país, sí y solo sí lo que se pretende es seguir maquillando la crisis. De esta manera, en un mediano plazo simplemente una medida como la anteriormente mencionada no atacaría el problema fundamental que está atravesando el país, un problema institucional.