Desde mediados del año 2016, en nuestro país ha estado en boga y con cada vez mayor frecuencia las conversaciones referentes a la inversión en la “Bolsa de Valores de Caracas”, un instrumento que definitivamente se ha convertido en un centro de mucha intriga para la mayoría de los ciudadanos, quienes, desde la intervención que sufrió el mercado y sobre todo un conjunto importante de casas de bolsa en el año 2010, dieron a ese mercado por terminado.

Incluso, para los estados localizados en el interior del país, este tema es de total y absoluto desconocimiento. A pesar que por ejemplo, estados como Monagas -que se caracteriza por ser un estado petrolero- o Carabobo y Aragua –corazón industrial del país- en los que en teoría debería existir tanto un mayor interés como una mayor búsqueda de opciones de financiamiento, muy pocas empresas de estos estados recurren al mercado de capitales venezolano para buscar el flujo necesario para expandir sus operaciones.

Quizás, podría generarse una mayor demanda por parte del pequeño, mediano y gran empresario del país, si tuviesen en consideración que la Bolsa de Valores de Caracas es:

  • Un ente privado.
  • Su objetivo principal es la democratización del capital.
  • No distingue entre estratos sociales.
  • Es una institución que forma parte de un gran sistema de mercado.
  • En ella se concentran la Oferta y la Demanda en un solo escenario, a través de un sistema que recibe ordenes y las difunde de manera continua y ordenada, proporcionando: seguridad, liquidez y transparencia a sus inversores.

Con estas características que la describen, se podría generar mayor interés primeramente en los inversores particulares, quienes pudiesen acudir al corro bursátil para invertir una porción de su capital en empresas del país que buscan desarrollo y crecimiento económico –con la premisa de que estas empresas logren ser rentables y les regresen en forma de dividendos parte de sus ingresos a sus accionistas- como también generar opciones de financiamiento para aquellas empresas que requieren de fondos para hacer expandir sus negocios de forma sostenible y con una visión a largo plazo.

Cabe destacar, que las Bolsas de Valores son consideradas un instrumento que ayudan a medir el impacto de los acontecimientos económicos, políticos y sociales que ocurren en un país, logrando ser un catalizador del comportamiento de las economías de los países en general. Si bien el país está atravesando una dura etapa económica-social, en la Bolsa de Valores de Caracas se ha visto reflejada la apuesta de una pequeña porción de inversores hacia las empresas que hacen vida en el país y que cotizan en la Bolsa, tanto del sector público como privado, tendencia que pudiese crecer significativamente si existiese mayor divulgación de la información, recordando que “el conocimiento es poder”.

Por lo que consideramos que es importante que tanto la Bolsa de Valores de Caracas como sus miembros (casas de bolsas y sociedades de corretaje) y las empresas emisoras, ayuden a promover toda la información relacionada a las operaciones que se realizan en el mercado de valores venezolano que, a pesar de ser un mercado relativamente pequeño con poca participación que representa tan solo un 2,46% del PIB, ha empezado a establecerse como un medio de refugio para los ahorros de los venezolanos.