Cuando se piensa en la labor que puede desempeñar un economista son muchas las opciones que se vienen a la mente, podría desempeñarse tanto en el sector privado como público y realizar allí mismo diferentes funciones.  Lo que está claro es que para ser un excelente economista se requieren diferentes habilidades y conocimientos técnicos que van desde tener la capacidad de realizar análisis microeconómicos y macroeconómicos, realizar investigación de mercado y análisis de datos e información, hasta tener la capacidad para la formulación de políticas fiscales y monetarias, poseer altas bases en la gestión del conocimiento, gerencia internacional, gerencia estratégica y gerencia de mercadeo. Y añadido a esto, tener aptitud para la evaluación del entorno interno y externo de la organización, la capacidad de respuesta y el buen trabajo en equipo. ¿Parece que un economista debe enfocarse en muchas cosas, no es así?

La economía es, como nos han enseñado o como hemos escuchado, una ciencia social que estudia la forma en que se deberían distribuir los recursos escasos y que estudia cómo se dan los procesos de producción, distribución y consumo de bienes y servicios. A lo largo del tiempo esta profesión ha ido encontrando nuevos caminos que han servido para comprender como se dan los procesos anteriormente mencionados y como es la forma y que medios se necesitan para satisfacer las necesidades del ser humano. En las últimas décadas, se ha puesto de “moda” la economía conductual, una mezcla por decirlo así de psicología y economía.  Richard Thaler, un profesor de la Universidad de Chicago, hace poco gano el reconocido Premio Nobel de Economía gracias a sus aportes e influencia en la economía conductual, en donde los juicios personales, la sociedad, la toma de decisiones, los incentivos, entre otros factores, afectan o influyen la forma en que los seres humanos nos comportamos.

Lo que nos propone Thaler es que la conducta de las personas no puede ser explicada con la teoría económica clásica, la cual habla del principio de racionalidad, pues ahora el ser humano se guía por sus sentimientos a la hora de tomar decisiones. El reto para los economistas radica en cómo utilizar o como aplicar la economía conductual en sus campos laborales o más aun en la vida cotidiana.

La puesta en práctica de la economía conductual en el campo laboral de economista puede llegar a ser un gran aliado a la hora por ejemplo de formular políticas estatales, dada la posible respuesta de las personas ante determinada política, ya sea quizás un aumento de los impuestos o una gran inversión en escuelas públicas, ¿Cómo reaccionarían las personas? ¿Tendría el impacto deseado? Y ¿Si mejor se invierte en infraestructura?

Tal vez no solo sirva para comprender la reacción de la sociedad ante determinada política, sino también para comprender la reacción de nuestros empleados ante alguna decisión tomada desde la gerencia. O quizás para comprender que piensan los clientes de mi empresa.

A la hora de poner en practica la economía conductual, se hace importante reconocer unos factores que delimitaran la forma en que las personas tienden a comportarse, estos factores son: Sentimiento y emociones, en donde podemos incluir la aversión a las perdidas; el comportamiento de las masas, es decir, si todos lo hacen, yo también lo haré; incentivos o desventajas y por ultimo esta la importancia, es decir, ¿Qué tan importante es esto para la persona que está involucrada? Esta perspectiva individual, permite entonces comprender los procesos de decisiones individuales, en donde cómo piensa y actúan las personas se hace importante a la hora de tomar decisiones no solo económicas, sino también sociales y políticas, entre otras.

Muchas empresas actualmente, buscan vender sus productos por experiencia, esto es un claro ejemplo de la economía conductual puesta en práctica. Estas organizaciones no quieren vender un producto sino una experiencia relacionada al producto que están ofertando y para ello es importante que la empresa observe y comprenda a su cliente para así poder generar recordación en el mismo. Otras empresas por ejemplo se dedican a observar y comprender a su cliente interno (sus empleados), con el fin de que estos se sientan a gusto con su puesto de trabajo, realicen sus funciones de la mejor manera posible y amen lo que hacen.

La economía conductual funciona además en un mercado en donde muchos bienes y servicios pierden su valor de uso y actualmente lo que cuenta es el valor emocional, por eso la puesta en práctica de la economía conductual se vuelve fundamental para las empresas que quieran generar buenas emociones para estimular o crear necesidades en las personas en los procesos de compra.