Leer: Desafíos en las carteras de inversión para el año 2019 (I)

Hace un par de semanas, hacía referencia de la situación que se enfrentaba el gestor de inversiones para  este año 2019. Quizás el lector se pregunte si casi avanzado cinco meses del año valdría la pena iniciar una estrategia favorable donde se puedan obtener beneficios de los mercados financieros, ante las turbulencias de la economía global. La respuesta es, los mercados siempre ofrecen oportunidades para cerrar en positivo y ante el cierre del pasado 2018, aún se espera ajustes en los mercados para avanzar.

Por otro lado, se preguntará si este artículo es oportuno y no se ha presentado de forma tardía para entender los sucesos de entorno financiero. De igual manera, me atrevo a asegurar que siempre información detallada y digerida de forma adecuada será oportuna para tomar decisiones. El cual es el objetivo de este artículo.

En este sentido, ante el panorama, que conversábamos en la primera parte de este artículo, ¿cuales son los escenarios de inversión a los que se debe enfrentar un gestor de cartera en el 2019? Dada las características del cierre del pasado 2018, la euforia de los mercados financieros y en los aparentes desplomes de los mercados, era ilógico retirar posiciones que realizaran perdidas en la mayoría de las carteras. De tal manera que la mejor estrategia en su momento fue mantener posiciones y esperar que los mercados se estabilizaran. Eso no se logró sino pasado unos meses cuando los mercados regularon su tendencia al alza acompañada por los anuncios de la Reserva Federal y el Banco Central Europeo hace unas semanas.

Dicho esto, las características se muestran lo siguiente:

Un dólar americano debilitado, mostrando una tendencia a la depreciación a finales de año con respecto al Euro. Mientras que el euro comienza a descompensarse contra el Yuan, tras la caída de las importaciones del gigante asiático.

Tipos de interés americano y europeos negativos. El spread entre los tipos a corto y a largo plazo se ha vuelto negativo, siendo las inversiones a corto plazo más rentables que las de largo plazo en estos mercados.

Indicadores PMI estabilizados, lo que significa que las economías en estas regiones comienzas a mostrar debilitamiento.

Las opciones parecen indicar que parte de los portafolio deberán están compensados con un alto componente de inversiones en los mercados emergentes. En primer lugar que la depreciación del dólar a nivel global afecta positivamente a los mercados emergentes, mejorando sus relaciones comerciales y de deuda.

En segundo lugar, para el cierre del 2018 muchas economías emergentes no reportaron señales de desaceleración, lo cual da un umbral de aprovechamiento para estos mercados mientras que los europeos y americanos comienzan a desacelerar.

Por último, la evolución de China, como principal actor de los países emergentes, ha mostrado optimismo en las políticas de estimulo fiscal y monetario que han comenzado a dar resultado en sus diferentes indicadores económicos, mientras que las disputas comerciales con Estados Unidos parecen que han llegado su momento de estabilidad y el mercado ha absorbido los cambios.

En resumida, las inversión en mercados emergentes no solo ofrecen un aprovechamiento que no se puede obtener en los mercados europeos y americano. Si bien es cierto que pudiese significar un ajuste en los perfiles de riesgo de los inversores, la liquidez de muchos activos emergentes da cierto alivio para incursionar en ellos.

Desde mi punto de vista, el presenta año evolucionará hacia la búsqueda del los últimos impulsos del ciclo económico, por lo que los mercados convencionales comenzaran a mermar en sus utilidades. La migración a inversiones alternativas no es una opción descabellada. Por otro lado, la inversión en oro y otras materias primas en posiciones en largo, sería una estrategia.

Es de común preocupación ciertas similitudes de la evolución de los mercados con la crisis de hace 10 años, en particular los niveles de endeudamiento de los hogares a cuenta de créditos de consumo e hipotecario. Si bien es cierto que han servido para dinamizar la economía en los últimos meses, también representan un riesgo latente ante la posibilidad de impago a futuro. A su vez, gran parte de la banca mundial se encuentra sumida a una actividad con tipos bajos de interés, lo cual disminuye sus ingresos por efecto su actividad regular y  deba recurrir a negocios e inversiones más riesgosas dentro del sector.

Las perspectivas para este año 2019, aun no terminan de cerrar por la turbulencia de los acontecimientos. Por lo que este año, representa un reto para los gestores de inversión plantar estrategias que permitan aprovechar la actividad. Existen riesgos asociados, pero estos vienen asociados a altas tasas de rentabilidad. Las inversiones convencionales se han hecho cada vez menos rentables en la era globalizada y el avance tecnológico lleva un pie adelante al mundo financiero y su esquema regulatorio.