Ya son más de 1600 criptomonedas las que se encuentran listadas en Coin Market Cap, de un universo estimado en más de 2000 diferentes proyectos que usan la tecnología Blockchain para transferir, resguardar y crear valor. Es importante destacar que no todas las criptomonedas son iguales, o están desarrolladas sobre el mismo algoritmo; se minan, tienen los mismos fines  o están respaldadas solo por la tecnología de la cadena de bloques y la confianza de sus tenedores o “traders” en los mercados. Y esto es así porque desde el 31 de octubre  de 2008 con el advenimiento del Bitcoin y la tecnología Blockchain, en manos de Satoshi Nakamoto, son muchos los cambios que sobre la idea original de este “Cypherpunk”, han surgido en el mundo de la Criptoeconomía.

En el top 10 de la lista de criptomonedas veremos mayormente al Bitcoin, Ethereum, Ripple, Bitcoin Cash, EOS, LiteCoin, Stellar, Cardano, IOTA y Theter, organizados por su valor de capitalización de mercado (oferta circulante por precio en USD), el cual variará en función de la cantidad de criptomonedas disponibles (emisión), y la fluctuación de su precio por efecto del uso de las mismas, además del intercambio (trading). Estas criptomonedas pertenecen a diversas categorías creadas a la sazón del mercado, por ejemplo: Altcoins -Alternative Coins- (monedas alternativas al Bitcoin) y Stablecoins (monedas estables, que fluctúan poco al estar vinculadas a un activo que mantiene su precio). Pero también tenemos otras cuyo “uso” va más allá de ser un medio de pago, por estar sus proyectos relacionados a otros fines, como lo son el caso de Ripple (XRP) –Red Interbancaria de Pagos Internacionales-, IOTA (MIOTA) –Internet de las Cosas- y Ethereum (ETH) –Contratos Inteligentes-, entre otros.

Sin embargo la característica de “código abierto” que tienen los algoritmos empleados en el desarrollo de la tecnología Blockchain, por ejemplo: SHA256, Scrypt y  X11, han permitido que muchas personas y empresas hayan experimentado con la creación de sus propias Blockchains y productos derivados de ellas. Este es el caso de Venezuela, un país con hiperinflación (INPC de 128,4% en Junio de 2018, 4.684,3% acumulado Dic-2017 a Jun-2018 y 46.305% anualizado Jun-2017 a Jun-2018, según datos de la Asamblea Nacional), 4.931 puntos básicos de riesgo país en el indicador EMBI+ de la J.P. Morgan en Junio 2018, un PIB en franco proceso de deterioro con -15% proyectado por el FMI para el cierre de 2018, pobreza, desempleo y alta dependencia de las importaciones, con un proceso migratorio cada vez más elevado, en una de las más complejas crisis económica, política y social que ha tocado experimentar.

Es precisamente en este contexto, donde un grupo de jóvenes venezolanos crean el 25 de agosto de 2015 a “BolívarCoin” la primera criptomoneda nacional, tomando como patrón al Bitcoin, asumiendo incluso que su creador es “Simonsatoshi Bolivarmoto”. Esta criptomoneda fue creada usando el algoritmo X11, con una cantidad final de monedas de 25.000.000 (con 10.821.300 MM en circulación), un intervalo entre bloques de 3 minutos, un halving cada 2,75 años, fue pensada para facilitar los pagos diarios, y está listada en Coin Market Cap.

En este mismo orden de ideas, el 25 de septiembre de 2016 un grupo de venezolanos crean “ArepaCoin” la segunda criptomoneda Venezolana, usando el algoritmo Scrypt, con una cantidad final de monedas de 136.500.000, con 10.000 bloques minables, pensada también para facilitar los pagos diarios, y está listada en ICQ Base. En mayo de 2017 nace “OnixCoin” la tercera criptomoneda venezolana, asumiéndose como un proyecto FinTech es creada usando el algoritmo X11, con una cantidad final de monedas de 1.151.920.000 (con un preminado del 10%), un intervalo entre bloques de 3 minutos, fue pensada para facilitar los pagos diarios, actividades de financiamiento e inversión, y está listada en Coin Market Cap.

En febrero de 2018 un joven varguense de 14 años de edad, motivado por la visión de un empresario del sector turismo, también del estado Vargas, crea “RilCoin” (Red de Innovación Local Coin), la cuarta criptomoneda venezolana, pero la primera orientada al sector turismo. Esta criptomoneda fue creada usando el algoritmo Scrypt, con una cantidad final de monedas de 80.000.000 y un preminado del 2%, un intervalo entre bloques de 2,5 minutos y fue pensada para ayudar a mejorar la economía del país, a través del impulso del sector turismo, facilitando los pagos por servicios en cada uno de los eslabones de esta industria. Está listada en ICQ Base.

También en el 2018 nace “LKRCoin” la quinta criptomoneda venezolana, usando el algoritmo Scrypt, con una cantidad final de monedas de 23.333.333 y un preminado del 10%, fue pensada para facilitar los pagos diarios, y recompensar a los usuarios con un rendimiento estable. Dentro de su proyecto contemplan la creación de su propia plataforma de intercambio o “Exchange”, un sistema controlado de distribución de la criptomoneda, así como un programa de atención a los usuarios y comercios de LKRCoin. Está listada en ICQ Base.

Todos estos proyectos nacen en un escenario de pérdida de valor del signo monetario nacional, con una economía dolarizada informalmente, en medio de una ausencia de políticas económicas coherentes que permitan transitar el camino a la reestructuración del país, con más controles que siguen distorsionando la dinámica económica y social, orientando a las personas, empresas e incluso a entes del Estado a resolver su problemática puntual a través de la creación, adopción y uso de medios alternativos de pago y transferencia de valor, muchos de éstos ya en uso por buena parte de los venezolanos, quienes venían minando criptomonedas, realizando compra y venta en plataformas en línea, y más recientemente haciendo operaciones de intercambio “trading”, aprovechando las fluctuaciones de precio del mercado para especular y generar ganancias.

Las criptomonedas venezolanas son la punta de lanza de la nueva economía, una economía digital que está desarrollándose desde abajo, con mecanismos y herramientas reales, para la solución de problemas comunes de personas a todo nivel, que han encontrado en la tecnología Blockchain y sus productos una vía temporal para paliar parte del problema económico estructural que aqueja al país.