Al hablar de tecnología, lo primero que viene a la mente es futuro, evolución, progreso o sencillamente innovación. Esto no es más que el insaciable deseo humano por superar los límites de lo desconocido. Es pues en la búsqueda, que se encuentra con las herramientas que lo ayudan a cumplir sueños que en otro tiempo no eran considerados más que magia; algo mítico que no puede existir en este plano. Entonces el hombre en su insaciable sed por el descubrimiento, crea, destruye y construye; una y otra vez para perfeccionar la imaginación que da a luz a lo que conocemos como realidad tecnológica.

Hoy por hoy hay un ¡boom!, una onda expansiva que se siente y late fuertemente en cada rincón del mundo, algo, un sueño, una creación humana; que existe en la realidad y no en este plano; que es virtual, pero a la vez tangible; que está revolucionando al mundo y que tiene un potencial tan grande; que las ramificaciones y alcance de la misma, van más allá de la imaginación de cualquier hombre, más allá de la imaginación de su propio creador y esto es la tecnología Blockchain.

Es la tecnología Blockchain, una cadena de bloques que trabaja en función a nodos informáticos; que se encargan de la transferencia de información a través de códigos que son formados por las personas que participan en dicha cadena y tienen acceso a ella. Al ser esta pública, se necesita la aprobación de los demás participantes de la cadena para que se efectúe la transacción del código y de la información. Esto suena a un proceso bastante lento y complicado; pero en realidad es algo que supera la velocidad de la luz. La rapidez con la que la aprobación de los nodos informáticos se cumple, permite que en cuestión de segundos la transacción sea efectuada de manera exitosa. Creando un proceso relativamente sencillo, eficaz y eficiente.

En la actualidad las instituciones, luchan contra los errores de un sistema en decadencia, un sistema globalizado, de presupuestos insostenibles, con un margen de error que en la mayoría de los casos socaba el objetivo planteado a priori, compuesto por un sistema vulnerable, que en términos tecnológicos pertenece a la edad de piedra. Es la Blockchain una especie de fórmula mágica para el sector público, la cual viene unida a beneficios recíprocos entre la ciudadanía y la administración pública. Estamos hablando de la maximización del uso de los recursos, de la reducción de los costos y tiempo de tramitación; permitiendo crear flexibilidad entre la gestión de contratos; administración de obras públicas; de asignación de recursos; de sistemas de votación; de cualquier transacción financiera; de gestión de identidades y de activos; de servicios sin fronteras; de la participación ciudadana; de registros de propiedades patentes; derechos de autor; marcas y otros derechos de propiedad intelectual.

Aunado a esto, la tecnología Blockchain puede facilitar las regulaciones y contrarrestar los efectos negativos del lavado de dinero y las cadenas de suministros derivadas de las importaciones y las exportaciones, así como toda medida de seguridad creada para evitar la falsificación en cualquier área. Ya se está empleando Blockchain para rastrear la procedencia de los alimentos “desde la granja a la mesa”. Un ejemplo de esto es en Australia, que se realiza un seguimiento a los suministro de cereales y en Indonesia existe un programa de rastreo para pescado legalmente capturado. Los consumidores, los socios comerciales y los grupos gubernamentales por igual podrían saber con certeza cómo se hacen las cosas; ya se trate de garantías relacionadas con el trabajo infantil o el medio ambiente. Liberando a los ciudadanos de la necesidad de abogados, notarios y desplazamientos a las oficinas gubernamentales para certificar que las transacciones son legales.

La Blockchain facilita los trabajos de auditoría, ya que la información está siendo compartida o actualizada constantemente; detonando las alarmas ante una irregularidad. La transparencia de esto permite la verificación de los proyectos en todo momento lo que permitirá la protección de los mismos en el largo plazo.

A su vez permite un proceso de integración entre los sectores empresariales adyacentes, asegurando los elementos para las eficiencia de los tramites y transacciones; potencializando sus propiedades, como lo son la inmutabilidad; la procedencia y consenso; prestándole así un sistema que elimina los redundantes procesos, eliminando el margen de error y acelerando eficientemente todo tipo de trámite. Para luego transformar el proceso de reducción de costos; creando registros de transacción no modificables en distintas ubicaciones; facilitando el registro de forma casi inmediata. Pero su adaptación debe ser paulatina, permitiendo entre los gobiernos, las empresas y la sociedad un gestionamiento adecuado y manteniendo la infraestructura existente; a la vez que se va allanando el camino para el nuevo modelo que promete cambiar los cimientos de las empresas e incluso la industria.

Sencillamente esta plataforma está cambiando al mundo como lo conocemos, estamos en el futuro y es hora de dejar los antiguos rudimentos atrás, de ampliar los horizontes del conocimiento y crear un mundo donde lo imposible sea posible en la medida de que colaboremos en conjunto para cumplir la meta.