Ocho recomendaciones que no pretenden resolver la coyuntura económica pero pueden servir, especialmente a emprendedores y muchos de mis asesorados. Es tiempo de organizarse y desechar para siempre la gerencia al estilo «Eudomar Santos».

Muchas empresas van a quedarse en el camino y eso no va a depender del tamaño o el músculo financiero sino de la rapidez con la cual puedan afrontar este escenario.

Voy:

1- Redefinir objetivos y estrategias para alcanzarlos (rentabilidad, crecimiento, etc.).

2- Costos: Revisar minuciosamente su estructura para establecer prioridades: Eliminar, reducir. Determinar el porcentaje de aporte de insumos en el proceso productivo para fijar precios.

3- Flujo de caja: Trabajarlo en dólares. Hay que tener claro que el tipo de cambio paralelo seguirá aumentando.

4- Rediseñar estrategias de comercialización: Migrar a entornos virtuales y potenciar redes sociales.

5- Oferta de valor: Redimensionar para incrementar o incorporar nuevos elementos intangibles. Precisar las emociones que se quieren conectar.

6- Revisar la política de recursos humanos en cuanto a las funciones y actividades del esquema de trabajo. Medir el impacto salarial en la estructura de costos y hacer ajustes.

7- Inventarios: ¿Que se tiene? ¿Cuánto durará? Revisar precios de materia prima y producto terminado en existencia.

8- Ajustar presentaciones de los productos en cuanto a formato, presentación e imagen cuidando no perder la calidad y reforzando el servicio al cliente como oferta de valor.

Esto no pretende ser una receta para el éxito. Son aspectos básicos que todo emprendedor debe revisar luego del conjunto de medidas anunciadas. Faltan muchos aspectos en el tema contable, tributario y de gestión que son específicos para cada modelo de negocio y que requieren una asesoría personalizada.

Para finalizar, es importante entender que más allá del elemento cuantitativo están los aspectos emocionales y la resiliencia, necesarios para sobrellevar una situación cuyo fin es impredecible.