Esta es la segunda parte de los 12 temas de la economía digital. Si quiere leer la primera parte, pulse aquí.

5. Integración / Interconexión en red

La lógica que descansa detrás del desarrollo de las redes, explica la integración e interconexión de la Economía Digital, donde múltiples nodos se conectan a través de vínculos orientados o no, en la búsqueda de objetivos predefinidos, estableciendo la estructura básica de acción entre las personas, empresas y gobiernos en la nueva economía. Es así como las redes de redes a lo largo del modelo de Internet comienzan a romper barreras entre las empresas, permitiendo a pequeños negocios no solo superar las principales ventajas (economías de escala y acceso a los recursos) de las grandes empresas, sino darles presencia y visibilidad a lo largo y ancho del planeta.

Por esta razón las grandes empresas se convierten en grupos de pequeñas moléculas, que unidas pueden funcionar bien, ganando en ventajas de agilidad, autonomía y flexibilidad. Esto explica porqué la empresa interconectada en red se comporta como la Internet, en la que todos pueden participar y el esfuerzo total es mayor que la suma del esfuerzo de las partes. Esta nueva infraestructura está cambiando la actividad económica en forma tan radical que deja clara evidencia del porqué hace falta un nuevo tipo de trabajador; un trabajador de conocimiento que posea las herramientas necesarias para sumarse efectivamente a las transformaciones que imponen el uso intensivo de la tecnología en la empresa y los negocios.

6. Desintermediación

En la economía tradicional (industrial), los procesos de producción conllevan la participación de múltiples actores o agentes económicos, que como eslabones de una gran cadena agregan valor al proceso en sí, pero también se lucran de su participación en el mismo, al intermediar entre eslabones vía precios y márgenes de ganancia. Es así como en la nueva economía, estos eslabones han comenzado un proceso de desaparición paulatina en manos de la tecnología, y los ahorros en los procesos productivos por la acción de lo digital.

El proceso de desintermediación está acercando a los productores con los consumidores de manera acelerada, en una economía donde el propio cliente final está participando cada vez más en la concepción, generación, transporte y consumo de los bienes y servicios, como resultado de la transformación de la “cadena de valor” expuesta  por Michael Porter en su libro “Ventaja Competitiva” (2002), a una “cadena de valor 2.0” desarrollada por Xavier Comtesse y Jeffrey Huang a través del Think Studio (2008), donde la economía de las plataformas y la tecnología digital le otorgan al consumidor mayor participación y decisión en la producción de los bienes y servicios, reduciendo dramáticamente el número de eslabones en la cadena e incrementando el nivel de información de los agentes económicos, abaratando costos y precios.

7. Convergencia

En la Economía Digital la convergencia es uno de los elementos más notorios en el proceso de transformación de las relaciones sociales y de producción de las personas, empresas y gobiernos. Y es que la tendencia a concentrar tecnologías en pocos dispositivos, se hizo más evidente con el auge de las tecnologías de información y comunicación (TIC), y la producción en masa y a precios accesibles de equipos y dispositivos electrónicos. En este sentido, el químico Gordon Moore, co-fundador y vice-presidente de Intel Corporation, afirmó en su artículo: “Forzando más componentes en circuitos integrados” (1965), que el número de transistores por unidad de superficie en circuitos integrados se duplicaba cada año y que la tendencia continuaría durante las siguientes dos décadas. En 1975 Moore modificó su propia afirmación en su artículo “Progresos en electrónica digital integrada”, al corroborar que el ritmo bajaría y que la capacidad de integración no se duplicaría cada 12 meses sino cada 24 meses aproximadamente.

Esta progresión de crecimiento exponencial de los circuitos integrados cada dos años, es lo que se conoce como “Ley de Moore”, y ocurre en la Era de la Discontinuidad de Drucker y la Cuarta Revolución Industrial de Schwab, mostrándonos cómo el avance del conocimiento científico-técnico de la Sociedad Postindustrial, aplicado a la producción y satisfacción de necesidades del mercado, fue incrementando la capacidad de los chips y circuitos integrados, mientras se miniaturizaban para estar presentes en mayor cantidad de dispositivos.

Sin embargo, Moore afirmó en un artículo de 2005 de “The Inquirer” que su ley dejaría de cumplirse en 10 o 15 años (2015-2020), cosa que aún no sucede, porque el aumento exponencial de las unidades de almacenamiento y dispositivos (PC, laptop, smartphones, tablets, kindle, etc.) va de la mano con la generación y consumo de mayor información, por nuevas generaciones (X, Y o Z) que dependen cada vez más del uso de dispositivos móviles inteligentes que unifican funciones y actividades de la mano de la industria de las “Apps”, tal y como lo señala el psicólogo Howard Gardner en su libro: “La Generación App: Como los jóvenes gestionan su identidad, privacidad e imaginación en el mundo digital” (2014).

8. Innovación

En la Economía Digital la constante innovación es la primera fuente de valor, porque de la mano de la satisfacción de las necesidades, viene la aplicación del conocimiento adquirido, que en etapas anteriores fue información recolectada como “data” en un vasto universo de comunicaciones, intercambios y relaciones sociales y de producción, que no cesan. La creación o modificación de las cosas, es lo que le permite a las economías crecer y si ese crecimiento se mantiene en el tiempo, entonces se estará en la senda del desarrollo, es por esa razón que los modelos de crecimiento y desarrollo económico le otorgan gran poder a la tecnología y a la innovación.

Son precisamente las pequeñas y medianas empresas las que fomentan la investigación, el desarrollo y la innovación (I+D+i), conectando la economía real (aquella que combina factores de producción clásicos y extendidos) con la Economía Digital, donde el conocimiento y la información, potenciados desde la tecnología, propician la investigación creando nuevos productos y nuevas formas de cubrir las carencias de los mercados, siendo estas empresas los factores clave en la nueva economía, por ser garantes de innovación y estar comprometidas con la continua renovación de productos, sistemas y procesos.