Mucho se ha hablado de la crisis económica que vive Venezuela, pero poco se ha dicho sobre los distintos escenarios de recuperación que pudieran ser posibles en Venezuela. La economía venezolana se ha contraído más de 20% en los últimos 5 años, quedando arrasada por la crisis de los sistemas político y económico en Venezuela. Varios analistas pronosticaron la salida de Nicolás Maduro en 2015, pero ya han pasado tres largos años de crisis sin que el cambio político se haya materializado. La recuperación económica por lo general tiene tres formas: L (estancamiento económico al estilo Japón), W (doble recesión) y V (recuperación intensa y rápida).

¿Cuál forma pudiera tener la recuperación económica de Venezuela?

En primer lugar, la economía venezolana no se recuperará sin importantes reformas que permitan corregir los desequilibrios económicos y las enormes distorsiones que ha generado. Los subsidios en Venezuela le cuestan al Estado más del 15% del PIB. Una buena parte de los venezolanos obtienen sus ingresos a través de algún mecanismo de arbitraje, problema que pudiera ser corregido con la unificación cambiaria. Venezuela necesita reinventar su modelo económico para dejar de depender del petróleo. Las industrias del país tienen que ser reactivadas para generar empleo y nuevas oportunidades para los ciudadanos. Los controles de precios deberían ser abolidos, ya que son difíciles de mantener en la situación actual.

Cabe destacar que, el gobierno venezolano ha logrado que la población de Venezuela se acostumbrara a rebajar su estándar de vida. El país caribeño ajustó su nivel de importaciones a la caída de los precios del petróleo. Una de las partes más difíciles del ajuste económico ya ha sido ejecutada. Ahora falta ajustar los precios relativos para generar incentivos que permitan la recuperación económica a mediano plazo. Sin embargo, la unificación cambiaria, la reducción del tamaño del Estado, la seguridad jurídica para inversionistas nacionales y extranjeros; y la privatización de las empresas del Estado, son esenciales para darle un giro de 180 grados a la economía venezolana.

En segundo lugar, el factor tiempo es muy importante. El Arco Minero del Orinoco y una subida de los precios del petróleo a raíz de un conflicto bélico inesperado pudiera ayudar a cubrir el déficit fiscal en Venezuela. La oposición venezolana sabe que el cambio político es urgente. La crisis económica ha sido una oportunidad para lograr el cambio político que tanto se ha buscado en Venezuela desde hace casi 20 años. El mundo da muchas vueltas y uno puede llevarse sorpresas. Las predicciones económicas son especulativas. El futuro es incierto. Lo inesperado puede cambiar cualquier predicción; una guerra, por ejemplo. La crisis económica de Venezuela nos ha dado una oportunidad de oro para evolucionar cualitativamente. Sin embargo, pudiéramos perder esa oportunidad si el gobierno de Venezuela consigue dinero de alguna parte.

En tercer lugar, los países que salen de guerras y situaciones políticas excepcionales suelen registrar altas tasas de crecimiento económico. Los casos históricos de Estados Unidos, Brasil y Venezuela nos demuestran que la economía pudiera expandirse al salir de esta recesión, sobre todo si se aplican los ajustes macroeconómicos indicados. Por lo general, las economías que salen de una recesión y/o de una crisis política de gran magnitud, son capaces de recuperar la pérdida temporal de producción. No obstante, lo ideal sería una tasa de crecimiento de 2-3% después de superar la recesión. Si un país registra tasas muy altas de crecimiento después de haber superado la recesión, es probable que su economía esté experimentando algún tipo de burbuja económica.

En cuarto lugar, es posible que el gobierno del país caribeño reciba el financiamiento necesario para darle un nuevo impulso a la economía venezolana, si la transición política es apoyada por Occidente. La oposición en Venezuela tiene fuertes lazos con Estados Unidos y la Unión Europea, los cuales pueden financiar una transición política favorable. El gobierno venezolano no tiene muchas opciones hoy en día, ya que China y Rusia no le van a prestar el dinero que necesita para reactivar la economía de Venezuela y recuperar la producción de PDVSA, la principal industria estatal del país. China ha reducido fuertemente sus líneas de financiamiento a Venezuela y Rusia no tiene el mismo músculo financiero de China.

En quinto lugar, pudiera ser necesaria una revolución ideológica en el sistema político venezolano. El mundo ha cambiado mucho en los últimos años y la receta que ha sido aplicada para industrializar y modernizar al país no fue la más efectiva. La descentralización del Estado Venezolano debe ser un objetivo del sistema político venezolano. El Estado también debe reducir su participación en la economía nacional. El gobierno de Venezuela pudiera privatizar las empresas estatales que no producen nada significativo. Las cuentas del gobierno se aliviarían y el sistema productivo se reactivaría.

En sexto lugar, la recuperación económica por lo general tiene tres formas: L (estancamiento económico al estilo Japón), W (doble recesión) y V (recuperación intensa y rápida). La figura V es la más común; y se caracteriza por una breve contracción económica, seguida por un fuerte rebote del PIB. El caso de Estados Unidos en los 70 es un excelente ejemplo. La recuperación en forma de L, se caracteriza por ser lenta y gradual, ocurre en país donde hay poca confianza en el sistema económico nacional. La recuperación en forma de W ocurre en aquellas economías que registran un rebote del PIB, pero este vuelve a caer una vez que se agotan los estímulos económicos (gasto público).

Una variable tan subjetiva como la confianza es esencial para comprender el fenómeno económico. No olvidemos que, la economía es una ciencia social que no hemos terminado de comprender. Los economistas trabajan para desarrollar un modelo más amplio que explique la volatilidad que se ha observado en los mercados de activos. Los inversionistas prefieren invertir en activos nacionales a pesar de los beneficios que conlleva diversificar las inversiones a escala internacional. El fenómeno conocido como home bias cuestiona la teoría de la cartera (portafolio). Aunque nos hemos acercado a la comprensión del fenómeno, todavía sigue siendo uno de los grandes dilemas para los economistas.

Lamentablemente, la economía no es una ciencia exacta y no puede predecir el futuro. La base de la economía es el comportamiento de los seres humanos. Desde el mismo mentó que tiene en cuenta acciones humanas y que las conductas pueden afectar, deja de ser exacta. La teoría económica todavía no logra explicar una gran cantidad de fenómenos y existen muchas preguntas sin respuestas. El dilema de desconexión de la tasa de cambio es uno de los dilemas económicos más fascinantes, ya que el vínculo entre el tipo de cambio y la economía real es más directo. Se ha sugerido que la alta volatilidad del mercado de activos y el dilema de desconexión de la tasa de cambio pudieran deberse a una combinación de factores: costos de transacción, monopolios-oligopolios y fijación de precios para comercializar en moneda local. Aún así, todavía sigue siendo un dilema.

La oposición venezolana debe analizar todos los escenarios económicos posibles para Venezuela y balancear las distintas alternativas que tiene la oposición para lograr el cambio político. El Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial no tienen la última palabra. Lo que pasó en Chile hace unos meses evidencia que los datos económicos de las instituciones más prestigiosas también pueden tener errores. El triunfalismo ha sido la peor enfermedad de la oposición. Es necesario un análisis integral de las oportunidades, los riesgos y las amenazas que pudieran permitir o no el cambio político en Venezuela. La recuperación económica de Venezuela pudiera depender del cambio político en Venezuela.

En Venezuela, el diálogo todavía no ha dado grandes resultados y eso frena los proyectos de inversión en el país caribeño porque no hay confianza en la economía. Lo más probable, es que la recuperación económica tenga una forma de V, si se hacen las cosas bien y se aplican las medidas adecuadas para corregir las distorsiones económicas. La recuperación económica venezolana debería estar acompañada de cambios estructurales en los sistemas político y económico. Es hora de pensar en la Venezuela del futuro y no vivir en el pasado. El futuro de Venezuela está en nuestras manos. Por ahora, sabemos que la recuperación económica del país es posible y que pudiera tener forma de V. Nosotros tenemos que hacer realidad la recuperación económica de Venezuela.