“la protección de la moneda es la primera condición para mantener una economía de mercado y, eventualmente, una constitución libre para la sociedad”

Ludwig Erhard padre del milagro Alemán

Atónitos sería la expresión más acercada a la dura realidad que estamos padeciendo los venezolanos en esta suerte de torbellino económico, en el que sobrevivir es un acto al parecer de adaptación, repetido a diario por las mayorías. No hay cifras que puedan expresar el sufrimiento constante de todos, pero se debe resaltar uno de los aspectos más relevantes que han causado la crisis, la pérdida continua del valor del Bolívar frente al dólar como moneda de referencia.

Con el pasar del tiempo gran cantidad de bienes y servicios ofertados en el país se venden en dólares o  en su defecto en moneda local tomando como referencia el tipo de cambio del día, del mercado negro de la moneda oficial norteamericana. De acuerdo con un estudio de la firma Ecoanalítica elaborado en el mes de Marzo de 2019, en las siete ciudades de mayor población, los venezolanos utilizan dólares para pagar el 93% de las veces. Entre ellos encontramos pagos para compras de: computadores, teléfonos celulares, vehículos, comida, servicios odontológicos, negocios y casas, por nombrar algunos. Cobrando fuerza un proceso de facto, donde el dólar de Estados Unidos se impone en las transacciones cotidianas

En un estudio de Datanálisis, elaborado entre el 11 y el 18 de mayo, quedó revelado que entre el 35% y el 40% de la población dispone de dólares gracias a remuneraciones, ahorros o el dinero que les envían familiares en el exterior. Si bien es cierto que en el país se vive un proceso de “dolarización desorganizada e informal” impulsada por los venezolanos que buscan proteger su patrimonio, y que cuya tendencia es creciente, ya que además del efectivo en moneda extranjera, los venezolanos usan redes de pagos digitales o transferencias desde bancos en otros países, siendo esta condición un indicio para tomar cartas en el asunto de organizar y estabilizar una economía, que prácticamente obliga el uso del dólar para casi todas las transacciones comerciales que se realizan.

Nos encontramos entonces frente a personas y comercios demandando dólares, mientras los sueldos y salarios para los trabajadores del sector privado y público son ofrecidos en Bolívares. Es en ese punto donde se hace más evidente la precariedad en que vive el venezolano de a pie, aquel que depende de un sueldo y no tiene acceso a dólares por ningún medio, aquel que gana bolívares devaluados y se ve obligado a comprar en dólares o su equivalente en moneda local. Gran desventaja, “o gran maldad” tomando en consideración lo ínfimo del sueldo mensual que se percibe, representando no más de tres dólares al tipo de cambio del mercado paralelo al día de hoy.

Como consecuencia de la debacle económica ha emigrado más de 4 millones de personas, de acuerdo a cifras oficiales de la ONU, buscando una mejor calidad de vida, siendo los destinos con uso del dólar como moneda oficial, los más apetecibles. Ejemplo de ello es Ecuador, que para Junio de 2019, la colonia de migrantes más grande en ese país es la venezolana, alcanzando las trescientos mil personas. Curioso no? 

En ese sentido, se puede decir que el venezolano sabe lo que necesita, y por tanto lo busca en algún país distinto. Pero no lo exige acaso en su país? En efecto, el venezolano está exigiendo dólares, quiere dólares y protesta por dólares, los gremios de trabajadores en todas las áreas requieren compensaciones en moneda dura, en una que no pierda valor, y puedan recuperar su poder de compra, y así mismo en una moneda que puedan utilizar para sus ahorros, sin temor a futuras devaluaciones.

Como respuesta a esta exigencia de los trabajadores, el gobierno se excusa bajo argumentos falaces, tal como perder la soberanía nacional si se somete a una dolarización,  vaya mentira. Veamos algo de historia:

Cuando los EUA abolieron definitivamente la libra esterlina para adoptar el peso español como su moneda en 1792, los estadounidenses no pasaron de ser súbditos ingleses a españoles. Aunque los estadounidenses copiaron nuestra moneda hace más de dos siglos, a la paridad de un dólar igual a un peso, ellos nunca perdieron su soberanía para convertirse en una colonia iberoamericana. 

Hong Kong tampoco dejó de ser una colonia británica para pasar a ser una colonia de EUA en 1983 cuando adoptó el dólar estadounidense como su moneda de referencia. Desde 1997 Hong Kong es parte de China pero su moneda sigue ligada al dólar. De hecho, muchos chinos comunistas preferirían tener el dólar de Hong Kong en vez del “yuan” como su moneda. Más cerca de nosotros, Bermuda sigue siendo una colonia británica a pesar de que su moneda está ahora referenciada al dólar.

La dolarización es un proceso que ayudaría a frenar la inflación y de esta manera reducir las tasas de interés, atrayendo con ello la inversión nacional o extranjera, mejorando la economía del país a través del aumento en la producción nacional y la reducción de los niveles de desempleo. Permitiría mantener el poder de compra de los salarios y la estabilidad de precios, ayudaría a aumentar el ahorro, con tasas reales positivas para aumentar el patrimonio de las personas, adicionalmente, el salario de los venezolanos crecerá en términos reales en dólares, y se eliminaría la devaluación.

Estos períodos de alta inflación e inestabilidad institucional inducen cada día a los venezolanos a preferir el uso de dólares en lugar de Bolívares, para realizar transacciones económicas y financieras, es la preferencia por el dólar lo que demanda la ejecución formal del fenómeno de la dolarización. 

Los Venezolanos queremos dólares.