Venezuela vive tiempos de cambios. Sea quien sea el que gobierne en Venezuela en los próximos tres años, tendrá que asumir esa realidad. En las actuales circunstancias, lo económico hace fuerte presión sobre lo político. La estructura económica que ha sostenido al sistema político venezolano desde hace un siglo aproximadamente, podría desmoronarse.

¿Cuáles serían las consecuencias de la crisis del sistema económico venezolano?

El rentismo petrolero ha sostenido al sistema político venezolano. Las grandes élites políticas se sostienen gracias a la enorme renta petrolera y al manejo discrecional de la misma. La caída de la producción petrolera es una amenaza para la estabilidad del sistema político venezolano. Si las cosas siguen como van, Venezuela podría dejar de ser un país petrolero en un año aproximadamente, como lo ha señalado el Dr. Rafael Arráiz Lucca. ¿Qué harán los políticos venezolanos sin su gota de petróleo? Ya no alcanza para todos.

El petróleo cambió la cotidianidad del venezolano. Las consecuencias de la crisis de la industria petrolera van a ser visibles en el ámbito sociocultural. El petróleo cambió nuestra dieta. El venezolano del siglo XXI ya no recuerda las recetas que Don Tulio Febres-Cordero nombró en su recetario de Cocina Criolla (1899). El economista Mendoza Pottellá nos recuerda que el petróleo nos hizo consumir pan cuando lo que consumíamos era arepa y casabe. A través del comisariato, las industrias petroleras establecieron patrones de consumo que cambiaron la cultura del venezolano.

El patrón de consumo convencional en la Venezuela pre-petrolera estaba constituido por los siguientes alimentos: ocumo, yuca, apio, casabe, chivo, pescado o carne salada. El venezolano no tenía nevera y existían fábricas de hielo en las ciudades. La primera masa de consumo se vivió cuando los obreros petroleros comenzaron a consumir leche en polvo y sardinas enlatadas. Gracias a la industria petrolera y los Rockefeller, nuevos productos llegaron a la mesa del venezolano.

El petróleo no solo cambió la dieta del venezolano. Estados Unidos fue poco a poco reemplazando a Alemania como el principal aliado comercial de Venezuela y fue fortaleciendo su imagen en el país. Al principio, Estados Unidos tuvo que colocarle la etiqueta “Made in Germany” para ganarse la aprobación de los venezolanos, pero después de un tiempo no sería necesario. Los hábitos y los gustos del venezolano cambiaron. Sus pasatiempos no eran los mismos. El mundo cotidiano del venezolano había dado un giro de casi 180 grados con la industria petrolera.

En términos geopolíticos, las consecuencias del fin de Venezuela como país petrolero también serían muy importantes. La importancia diplomática de Venezuela no sería la misma en las principales organizaciones del mundo. Aunque las reservas petroleras van a seguir intactas, la fuerte caída de la producción petrolera amenaza los intereses de Venezuela a nivel regional y mundial. El poder blando de la nación venezolana ha dependido de la renta petrolera. El petróleo te da muchos amigos y admiradores.

Por supuesto, el país aún tiene muchas opciones. Todavía no es un hecho que Venezuela va a dejar de ser un país petrolero, pero es una posibilidad si la producción petrolera sigue en caída. El gobierno venezolano podría negociar con las Grandes Potencias y llegar a acuerdos fructíferos. Esos acuerdos permitirían levantar la producción petrolera y atraer grandes inversiones al país, muy necesarias en la actual coyuntura social, política y económica. Esto significa que el gobierno debería ceder en muchas cosas y cambiar la postura que ha mantenido durante los últimos años.

Si el gobierno de Venezuela no cede y resiste a las presiones extranjeras, podría buscar apoyo en los países no alineados con Occidente. China, Irán y Rusia son algunos aliados importantes de Venezuela. El Arco Minero es una alternativa que el gobierno venezolano tiene para obtener dinero fresco, aunque no tenemos suficientes datos para juzgar el impacto que el Arco Minero tendría sobre las finanzas venezolanas a mediano plazo. Ese dinero le puede dar un respiro a las finanzas venezolanas. Hace unas semanas, Venezuela hizo la primera exportación de coltán a Italia.

No es cierto que la presión diplomática y las sanciones lograran sacar por completo a Venezuela del mercado petrolero, ya que el país tendría ciertas alternativas para hacer circular esos barriles de petróleo. Como se ha visto con Corea del Norte, muchos países hacen negocios por debajo de la mesa, a pesar de las sanciones. Hasta Alemania ha tenido relaciones comerciales con Corea del Norte, aunque no debería. Venezuela se tiene que ver en el espejo de Cuba y Corea del Norte para entender el impacto que podría tener las sanciones económicas en su contra.

El turismo es otra alternativa para Venezuela si deja de ser un país petrolero. El impacto sociocultural de esto sería enorme. En el país caribeño, todavía no existe la cultura de servicios de un país turístico. Los turistas y los venezolanos se quejan del trato que reciben en negocios privados, instituciones públicas, centros comerciales, etc. Para estimular el turismo a Venezuela, es necesario hacer importantes reformas legales, socioculturales e institucionales. El problema de la delincuencia en las principales zonas de interés de Caracas y otros destinos nacionales es otro problema que debería ser solucionado.

En la Venezuela de hoy se viven días difíciles. Los venezolanos están pasando por cosas inimaginables. Desde el siglo XIX, Venezuela no había sido un país de emigrantes. La crisis le ha cambiado la vida al venezolano, sin distinción de clase social. La crisis que comenzó en el año 2013 no ha terminado, pero podría profundizarse con el declive de la producción petrolera. Aunque el gobierno todavía tiene alternativas, es posible que Venezuela deje de ser un país petrolero si no se hace nada a tiempo. Las implicaciones de estos cambios serán muy interesantes. Como dijo Heráclito: “No hay nada permanente excepto el cambio”.