El Estado fue creado como un medio para la satisfacción de las necesidades humanas, si adicionamos a ese concepto el avance tecnológico se puede arribar a la idea de que un Estado digital podría conducir al pleno desarrollo social y facilitar exponencialmente el quehacer de los ciudadanos. En el mundo, el concepto de digitalización ha adquirido mucha importancia a tal punto que diversas organizaciones internacionales y financieras, entre ellas el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Foro Económico Mundial (WEF, siglas en inglés), Organización de las Naciones Unidas (ONU), entre otras; promueven su aplicación.

La digitalización de Latinoamérica representa una oportunidad para fortalecer la productividad y competitividad, debemos recordar que nuestra región se caracteriza por tener una economía inestable, que oscila entre decrecimiento y crecimiento, para contrarrestar esa situación, las inversiones tecnológicas adquieren un papel protagónico para alcanzar un desarrollo sostenible.

La digitalización en Europa

En Europa los trámites habituales – desde pagar impuestos a sacar documentos de identidad – se pueden hacer rápida y eficientemente desde un teléfono celular, sin tener que pasar horas haciendo fila o ir a diferentes oficinas públicas. En Estonia, una pequeña república oriental, sus ciudadanos pueden hacer todo tipo de transacciones oficiales en línea, excepto casarse o transferir propiedades. Asimismo, Dinamarca, por ejemplo, en el 2017 decidió crear una embajada digital y su ámbito de actuación es en el mundo digital y las grandes empresas que lo sustentan.

Latinoamérica en el marco de la digitalización

Según el último informe de desarrollo digital realizado por la ONU en el 2018, de los 19 países de América Latina y el Caribe, solo cinco están entre los 50 más digitalizados del mundo. A la cabeza se encuentra Uruguay, que desde ese año pertenece al selecto club del Digital 7, un grupo que reúne a los gobiernos más avanzados en materia digital, como Canadá, Corea del Sur y el Reino Unido.

Digitalización contra la corrupción y burocracia

El precario sistema que poseen muchos países de la región causa que las empresas, ciudadanos y la administración pública pierdan tiempo y dinero. Gracias a un estudio que realizó el BID en el 2018, titulado “El Fin del Trámite Eterno: Ciudadanos, Burocracia y Gobierno Digital”, nos muestra que los trámites digitales se demoran 74% menos que trámites presenciales, cuestan mucho menos, y reducen la incidencia de corrupción. El 30% de las personas de bajos ingresos reporta haber pagado alguna vez un soborno para ejecutar un trámite, frente al 25% de las personas de mayores ingresos. El abandono de un trámite afecta también más a las poblaciones vulnerables ya que resulta en un menor acceso a los programas y beneficios sociales del gobierno.

Ana María Rodríguez-Ortiz, Gerente del Departamento de Instituciones para el Desarrollo del BID, señaló que los trámites giles impulsan la competitividad, la confianza ciudadana al Estado y la inclusión social.  

El BID realizó un cálculo y llegó a la conclusión que algunos países gastan más en gestionar trámites que en sus principales programas para combatir la pobreza extrema.

Para finalizar, la digitalización del país debe convertirse en una política del Estado porque impactará positivamente en las actividades del ciudadano y se eliminaran los obstáculos burocráticos, al mismo tiempo disminuirá la corrupción en el sistema Estatal, por otro lado, la implementación debe ser progresiva y capacitar a la población mediante programas educativos para que pueda adaptarse rápidamente al cambio.