Benjamin Graham, profesor de economía y maestro del legendario Warren Buffett, dijo una vez: «el mayor enemigo del inversor es el mismo». Pero ¿por qué es así, y cuáles son los mecanismos psicológicos que nos llevan al error sistemático? ¿Cómo podemos usar este conocimiento para invertir de manera disciplinada y por lo tanto mejor?

Los humanos estamos convencidos de nuestro libre albedrío y de la capacidad de actuar racionalmente. Tendemos a pasar por alto el hecho de que la mayoría de nuestras acciones son el resultado directo de varios millones de años de evolución. La mayoría de estos procesos psicológicos funcionan subconscientemente, pero al final nos llevan a dominar nuestra vida cotidiana de manera encomiable.

Por ejemplo, conducimos un coche o una moto de forma segura a través de la locura urbana diaria sin tener que pensar mucho en lo que estamos haciendo. Sin embargo, en términos de inversión buena y disciplinada, nuestras acciones subconscientes se pueden convertir rápidamente en un problema. Además creo que para alcanzar el éxito en la inversión es necesario tener el enfoque correcto. Una frase muy representativa es la que dijo uno de los inversores más reconocidos de la historia: ”Hay personas que no tienen paciencia para enriquecerse lentamente, y es por ello que acaban empobreciéndose rápidamente”. Warren Buffett

La falibilidad de las masas y la “mentira” del éxito

Vamos a los restaurantes dónde se sienta mucha gente porque vemos esto como una señal de buena comida y normalmente tenemos razón. Psicológicamente hablando, estamos inconscientemente convencidos de que las cosas están bien cuando muchos hacen lo mismo.

Evidentemente el mercado de valores no es como un restaurante, pero aun así se tiende a comprar lo que muchos otros compran. De hecho, a medida que los precios aumentan, también lo hace la confianza de los inversores, hasta el punto de la euforia. Cuánto más suben los mercados de valores, más gente se beneficia y transmite sus historias de éxito.

Este efecto se refuerza por el hecho de que nos comunicamos asimétricamente. A todo el mundo le gusta hablar de sus éxitos, a muy pocos de sus fracasos. Esto hace que los que lo escuchan sientan que se están perdiendo algo grande.

Evitar errores psicológicos al invertir

No podemos controlar nuestras emociones. Una película de terror siempre nos causará temor, aunque racionalmente hablando no hay razón para ello. Por lo tanto, aplicando la misma lógica a nuestras inversiones, podemos entender los mecanismos psicológicos subyacentes y evitar errores mediante una estrategia disciplinada.

En este sentido, recomiendo tener una pequeña lista de verificación antes de tomar cualquier decisión de inversión. La suposición básica aquí debería ser que la cotización no debería exceder o caer por debajo del valor fundamental de una inversión a largo plazo. Después de todo, incluso el inversor más emotivo regresa al suelo en algún momento.

Las preguntas típicas que, por lo tanto, debería responder la lista de verificación serían:

  • ¿Cómo puedo estimar el valor y las oportunidades de crecimiento? ¿Tiene sentido entrar ahora o el mercado ya está exagerando?
  • ¿Se justifica una fuerte caída de los precios? ¿O la gente sólo está asustada? ¿El evento que desencadenó la caída amenaza el modelo de negocios de la compañía?
  • ¿Soy codicioso? ¿Debería llevarme parte de mis ganancias conmigo? ¿Las ganancias de los precios que he hecho se sustentan fundamentalmente, o hay mucha especulación en el mercado?
  • ¿Tomo mis propias decisiones? ¿O sólo me dejo influenciar por los demás? ¿Tomaría yo la misma decisión sin influencia externa?
  • ¿Tomo demasiados riesgos? ¿Estoy tratando de compensar una pérdida (precaución con la recompra)? ¿Haría la misma asignación de cartera si estuviera armando la cartera para un buen amigo?

Creo que hacerse uno mismo estas preguntas ayudan a manejar una cartera de manera disciplinada y exitosa a través de los mercados bajistas y alcistas. Se podría incluir algunas más, pero estas serían para mí las preguntas fundamentales antes de tomar una decisión de inversión.

La influencia normativa

Existe otro factor importante que influye en la decisión de los inversores individuales: el comportamiento del grupo y la evaluación por los demás miembros

Esto se denomina también influencia normativa y está presente incluso cuando no es necesario informar a ninguna otra persona sobre las decisiones. No obstante, los inversores suelen comportarse entonces de acuerdo con la tendencia, incluso si pueden evaluar realmente que este comportamiento no es necesariamente significativo. Los grupos dependen de la búsqueda de un consenso para asegurar su existencia continua y esto a menudo lleva a que los miembros individuales se subordinen a sí mismos.

Este fenómeno se hace más pronunciado cuando la gente trabaja en lo mismo. Esto explica por qué los analistas profesionales suelen proporcionar las mismas previsiones. También se observa en redes sociales, como Twitter, cuando una acción se pone de moda y la empieza a comprar mucha gente.

6 reglas contra las trampas psicológicas en el mercado de valores

Existen ciertas reglas básicas que nos pueden proteger de realizar acciones precipitadamente, de las que luego nos podamos arrepentir.

A continuación mostraré 6 reglas que pueden ayudar a evitar las trampas psicológicas del mercado de valores en el futuro y aumentar significativamente el rendimiento de nuestras inversiones.

Regla 1: Diversificar las inversiones

La diversificación del riesgo es la carta de triunfo en el mercado de valores.

Los que sólo tienen una acción en su cartera corren un alto riesgo: si por ejemplo, esta empresa está mal gestionada, la acción puede sufrir pérdidas incluso en una fase alcista del mercado.

Al repartir el capital entre varias clases de activos (acciones, bonos, fondos indexados, metales preciosos, divisas) también se logra la mejor diversificación de los riesgos.

Ponderar una acción (no importa cuán prometedora os parezca) mucho más alta que todas las demás conduce a un innecesario “riesgo de agrupamiento”. Una vez más, el impacto de una sola posición en nuestra cartera sería demasiado grande.

Regla 2: No comprar acciones sólo porque hayan caído en picado

¿Las acciones que han caído profundamente poseen un potencial de cotización mayor? ¡Un error popular cometido por inversores inexpertos! No importa si una acción ha valido alguna vez 300 euros si su cotización actual es de 60 euros.

La cotización de las acciones refleja la valoración de la información actual de la empresa por los participantes en el mercado. Si actualmente son de la opinión de que una acción sólo vale 60 euros, normalmente hay una buena razón para ello.

En el mercado de valores, los negocios actuales y las perspectivas futuras tienen un precio. Por lo tanto, la cotización de las acciones contiene toda la información de que disponen los profesionales del mercado de valores.

Si la acción tuviera aunque sea una pequeña posibilidad de alcanzar los 300 euros de nuevo, la cotización ya sería más alto hoy. Por lo tanto, nunca se debe estar tentado de comprar acciones “ópticamente baratas”.

Regla 3: No intentar nunca compensar las pérdidas “a la fuerza”

Las pérdidas en el mercado de valores son simplemente parte de la ecuación. Siempre se debe ser consciente de esto y no estar demasiado molesto por ello. Alguna acción o varias se van a tener lo más seguro en negativo, es pura estadística.

Muchos inversores tienen la necesidad, después de sufrir pérdidas, de compensarlas lo más rápido posible…el peligro es entonces muy alto de que se tome demasiado riesgo en las próximas inversiones.

Si uno se ecuentra presionado como inversor para compensar inmediatamente las pérdidas, se corre el riesgo de maniobrar la cartera más hacia el rojo a través de un comportamiento emocional.

Mi consejo: después de tener pérdidas, hay que asegurarse de no cambiar el comportamiento de nuestra inversión. No hay que suavizar las reglas propias para obtener beneficios rápidos. También hay que abstenerse de comprar más acciones especulativas de lo que se está acostumbrado.

Regla 4: No obtener beneficios demasiado pronto

Si bien las pérdidas suelen producirse demasiado tarde, muchos inversores venden las posiciones de beneficios demasiado pronto. Esta es también la aversión a las pérdidas ya mencionada.

En este caso, la sensación de ganancia (o el temor de que las acciones puedan caer en la zona de pérdida) es más importante que la ganancia obtenida por el incremento de la cotización de una acción.

El antídoto: con la vieja regla “deja correr los beneficios“, en la mayoría de los casos se obtendrán mayores ganancias, mientras no cambien los fundamentales de una acción.

Regla 5: No ir en contra de la tendencia general

Una buena idea de inversión necesita el momento adecuado. Si se negocia en contra de la tendencia general del mercado de valores, lo más probable es que se incurra en pérdidas a corto y medio plazo.

Ello se debe a que los mercados de valores suelen tender a una dirección (tanto al alza como a la baja) durante más tiempo del que sería apropiado.

A menudo, en estas fases se producen movimientos irracionales de las cotizaciones, que son muy difíciles de predecir incluso para los profesionales del mercado de valores.

Pero incluso si se reconoce la irracionalidad del movimiento de las cotizaciones, todavía se puede quemar uno los dedos. Después de todo, aquellos que apuestan por un cambio de dirección demasiado pronto pueden tener razón a largo plazo.

Es por ello, que veo más adecuado intentar no adivinar cómo se comportará el mercado a corto plazo y automatizar nuestras inversiones a largo plazo.

Regla 6: Definir una estrategia de inversión propia

Cuánto más susceptible se es psicológicamente, más difícil es a menudo tener éxito en el mercado de valores. Pero hay formas de luchar contra ello y así controlar mejor las emociones que son tan peligrosas en el mundo de la inversión.

Por ejemplo, el uso de una estrategia de inversión puede ayudar a “engañar” a nuestra propia psicología. Con la ayuda de nuestras propias reglas, se puede actuar con claridad según una determinada directriz y así se correr menos riesgos de ser tentado por las emociones para tomar decisiones poco meditadas.

Mi consejo: Hay que mantener la cabeza fría en los mercados con las herramientas adecuadas y entonces las posibilidades de éxito a largo plazo aumentarán considerablemente.

Por mucho que se tenga el mejor sistema de inversión y gestión del riesgo, como fallé la gestión emocional, las inversiones también fallarán.

Publicado originalmente en Invierte Racionalmente.