Los temas relacionados con la política exterior de Estados Unidos siempre son objeto de grandes discusiones debido a la pluralidad de ideas que giran en torno al tema. Desde que el presidente Donald Trump llegó al poder, el tema migratorio ha sido el que más ha sonado en los países del Triángulo Norte (Guatemala, El Salvador y Honduras) y especialmente, en México, donde la posible construcción de un muro fronterizo ha propiciado un ambiente difuso y nebuloso para los mexicanos y los demás países de la región.

Sin embargo, ahora se suma un tópico más a la palestra de la política internacional: la posible salida de EE.UU. del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Las declaraciones del presidente Trump de abandonar el acuerdo comercial han alterado el clima económico de la región y se ha abierto la puerta a la especulación sobre qué puede ocurrir si EE.UU. decide ponerle fin al pacto. Las estimaciones no han tardado en aparecer y muestran algunos resultados interesantes.

Como es de esperar, México sería el mayor perjudicado si este hecho llega a concretarse, ya que el 80% de la economía mexicana se basa en el comercio. Según un informe de Oxford Economics, el Producto Interno Bruto (PIB) de México experimentaría una reducción del 0.9% debido a esta ruptura. En cuanto al tipo de cambio, el peso mexicano caería un 8%. Todo esto genera una interrogante: ¿Cómo afecta esto al bienestar material y axiológico de los mexicanos?

La pregunta exige dos vertientes de análisis: una económica y una migratoria. En el plano económico, México tendría que incrementar los aranceles para las transacciones comerciales con EE.UU. (los aranceles podrían ser hasta 10 veces más altos) para imponer una barrera a la entrada de bienes provenientes del país vecino, lo cual afecta a los agentes económicos mexicanos. Según el economista y expresidente mexicano, Carlos Salinas de Gortari, aplicar una medida como esta no soluciona el problema. Algunos analistas coinciden en que una solución factible es un acuerdo bilateral. La barrera arancelaria podría presionar hacia el alza los precios de los productos que reportan un alto grado de sensibilidad ante estos fenómenos, como el algodón o los vehículos usados. También destacan las manufacturas de cuero y las piernas y trozos de porcino. El efecto en la inflación sería de un incremento del 0.3% adicional en el índice de precios.

La caída en el crecimiento y el incremento del nivel de precios nunca constituyen una buena noticia para la economía de un país. De la medida de Trump dependen muchos empleos y varias inversiones que podrían contribuir al crecimiento económico mexicano. Y cuando se habla de la posibilidad de perder empleos, indudablemente surge el tema de la migración de mexicanos hacia los EE.UU. Aunque se estima que los efectos negativos tendrían lugar en el corto plazo, las consecuencias de este suceso incrementan la especulación y la incertidumbre. Ante la desesperación de no tener certeza sobre lo que puede ocurrir y la falta de oportunidades, muchos mexicanos pueden optar por dejar su país de residencia y emigrar hacia los estados norteamericanos que se encuentran en las zonas fronterizas. Se estima que la cantidad de mexicanos en EE.UU. es de aproximadamente 36 millones de personas, constituyendo el 15% de la población estadounidense. A esto hay que sumarle que se avecinan elecciones generales para escoger al nuevo mandatario del país, lo cual puede despertar alarmas en los mercados y en las decisiones de los habitantes.

A pesar de todo, la apertura comercial no es un problema para México, según Fernando Ruiz Huarte, quien es director del Consejo Empresarial Mexicano de Comercio Exterior. Ruiz afirma que la economía mexicana es abierta debido a las “desgravaciones unilaterales” en materia de aranceles que se han establecido en los últimos años. Esto puede constituir una camisa de fuerza para la economía mexicana para poder seguir estimulando el flujo de bienes y servicios del país con el resto de países del orbe.

Las negociaciones para determinar el futuro del TLCAN están próximas a celebrarse, en medio de un momento tenso para el presidente Trump, producto de sus declaraciones sobre los inmigrantes y sus polémicos mensajes en Twitter sobre construir el muro entre su país y México y que éste sea pagado por los mexicanos de manera “directa” o indirecta”. Para el mandatario, el TLCAN es un “mal chiste”, lo cual fortalece la idea de sus intenciones de abandonar el acuerdo.

En medio de la niebla económica y social que afecta a los mexicanos, las próximas negociaciones del tratado son solo el comienzo de un episodio muy importante para la historia económica del continente. Que el futuro sea quien aclare el panorama.