Con este artículo, quiero darte una rápida y sencilla lectura de la evolución y desafíos en la gestión de cartera para este presente año. Para ello, he estructurado el artículo en dos partes. La primera que se podrás dar lectura en esta edición, trato de recoger la evolución de los mercados financieros desde el cierre del 2018 y el primer trimestre del 2019. La segunda parte, que será publicada en la próxima edición, evaluaré los escenarios factibles para tomar en cuenta en la construcción de una cartera de inversión.

El inédito año 2018

El cierre de los mercados financieros para el año 2018 pudiese considerarse un año atípico para el sector financiero dado que casi ningún activo reportó ganancias para el cierre de este año.  Los principales índices de mercado reportaron caída, tales como el S&P500 con un -7,01%; Eurostoxx 50 con -14,34%; Ibex -8,10%; Nikkei -14,85%, en la que todos los analistas coincidimos que fueron cifras realmente escandalosas.

De manera similar, la renta fija mostró retrocesos en su rendimiento ubicándose en pérdidas en casi todas sus características. Lo cual se tradujo en que gran parte de los gestores de inversión no consiguieron en sus portafolios activos refugios para poder gestionar tal movimiento del mercado, en especial, en  aquellos que tienden a tener gestiones conservadoras de sus portafolios.

El motivo de esto se debió a un conjunto de factores que sirvieron para crear el caldo de cultivo que desencadenó en un cierre negativo de los mercados. Entre los factores que se puede enumerar; los reportes de desaceleración económica, que muestra un el agotamiento del ciclo de crecimiento de la economía global; las distintas disputas proteccionistas y comerciales, que ejercen presiones entre los bloques económicos; actores políticos quienes han tenido una fuerte influencia en la volatilidad de los mercados volviéndolos más riesgosos, destacando el avance del discurso populista en Europa y Estados Unidos; la caída de los precios de las materias primas, dado la desaceleración del consumo de estas en potencias económicas como china, entre otras.

Pánico y tensiones en los mercados en vano

Con este escenario se generaron las tensiones entre brokers y analistas, quienes recrudecieron los sentimientos durante la pasada crisis financiera del 2008, motivando además el efecto de mantener posiciones por parte de los gestores de inversión con el fin de evitar el pánico en los mercados. Sin duda, no existen elementos suficientes para repetir la crisis de hace 10 años.

La evolución para este año 2019 ha mostrado notables mejorías en los mercados americanos y europeos donde los incrementos de los principales índices tornan alrededor del 10%, desde finales del 2018. A su vez, los anuncios de la FED y del BCE, a pesar de perseguir objetivos distintos, han permitido consolidar posiciones en los mercados financieros locales y estabilizar la actividad del sector.

En su momento, la FED habría anunciado que mantenía el incremento de los tipos de interés en 0,25% para ubicarse en 2,5% con el fin de restringir la liquidez monetaria, mientras que el BCE buscaba  una expansión monetaria tras consolidar los tipos en la tasa referencial de 0%, así como la compra de deuda pública y privada europea.

Los anuncios de las autoridades monetarias

La semana pasada se hicieron anuncios referentes a los tipos de interés en el mercado americano, sosteniendo que los tipos al 2,5%, tras concretarse una desaceleración de la actividad económica americana. Dichos anuncios trajeron como consecuencia que el diferencial entre la tasa de los bonos del tesoro a 3 meses y los bonos a 10 años, presentaran una spread negativo. Lo que significa que los rendimientos en el corto plazo son mayores que los rendimientos a largo plazo.

Este fenómeno se viene presentando en la economía europea desde hace ya algún tiempo  y se refuerza con el último anuncio del BCE de prolongar los tipos a 0% al menos hasta finales de año. Sin duda, es una tendencia que marcará los mercados financieros mundiales, principalmente a las economías emergentes donde los tipos de interés son usualmente bajos.

Con estas ideas cerramos esta primera parte. En la próxima edición me extenderé a una visión particular de la composición de cartera y gestión de la misma para el presente año 2019 con el escenario descrito anteriormente.