«No puedes entender. Estás usando el lenguaje de la razón, no del corazón; vives en un mundo de abstracciones» – Albert Camus

El 20 de diciembre de 1954 un grupo de personas esperaba ansiosamente por la nave espacial que los rescatará del inminente fin del mundo. El tiempo de recogida está pactado para las 12am y el fin del mundo a las 7am. Ya pasadas las 12, a las 4am con el fin del mundo a tan solo un par de horas, hay rostros sollozantes entre los fieles. ¿Acaso hemos sido abandonados? – se preguntan algunos. Minutos más tarde, la líder del grupo recibe un mensaje telepático: “Conmovido al ver a este grupo de files mantenerse unido, Dios ha decido salvar a la humanidad”. Convencidos de su logro y sin cuestionar los hechos, el grupo se dispuso a esparcir su mensaje de salvación. 

Esta es una historia real, vivida de primera mano por psicólogos que se infiltraron en este culto (Libro: Cuando las Profecías Fallan), ejemplifica claramente la tozudez con la que nos aferramos a nuestras creencias. Incluso cuando toda la evidencia refuta rotundamente nuestra percepción de la verdad. 

A pesar de que obviamente no todos somos parte de un culto, no somos la especie lógica que creemos ser. Todos sufrimos formas de irracionalidad que afectan nuestro juicio. 

Porque la economía, las finanzas y la política son confeccionadas por personas, estas instituciones son propensas a causar daño cuando ignorantes de sus irracionalidades, las incorporan en su proceso de toma de decisiones. 

Política 

“La señal de una inteligencia de primer orden es la capacidad de tener dos ideas opuestas en la mente y, a pesar de ello, aun retener la habilidad de funcionar” – S. Scott Fitzgerald

Como los personajes del Mago de Oz quienes pensaban que la Ciudad Esmeralda era realmente color esmeralda porque la veían a través de cristales tintados de verde, solemos distorsionar nuestra percepción de la realidad al observar el mundo a través de cristales tintados con nuestras ideologías. Y quizás no hay cristal más distorsionador que nuestras ideologías políticas.

Ya que la democracia se basa en la colisión de ideas adversas para encontrar rasgos de la verdad, es de suma importancia que los participantes adopten un pensamiento crítico. No obstante, esto suele ser más la excepción que la regla. Una razón para esto es la disonancia cognitiva.

La disonancia cognitiva es una situación de incomodidad mental originada por el conflicto entre creencias contradictorias. En nuestra búsqueda de aliviar esta inconsistencia psicológica, entramos en patrones que obstaculizan nuestro pensamiento crítico. 

Primero, nos involucramos en la búsqueda selectiva de información que compruebe nuestras creencias prexistentes y desestimamos aquella que nos contradiga. 

Otra forma de aliviarnos, es racionalizando información contradictoria para que encaje con nuestras convicciones. Tal y como los miembros del Culto utilizaron la evidencia contradictoria de que el mundo no había acabado para aferrarse aún más a su creencia.

Varios estudios se han realizado al respecto. Por ejemplo, el departamento de Psicología y Neurociencias de la Universidad de Illinois realizó un experimento donde los participantes eran presentados con amplia información contraria a sus opiniones en 5 diferentes temas sociopolíticos. Los resultados mostraron claramente que la gran mayoría de los participantes se atrinchera en su opinión, a pesar de leer estudios y evidencia contradictoria.

Más preocupante aún, el estudio también reveló que incluso cuando los participantes admitían saber poco o nada del tema, eran igual de reticentes a cambiar de opinión que aquellos que poseían conocimiento para justificar sus perspectivas. 

Otro estudio, por la Universidad George Mason, sugiere que la disonancia cognitiva contribuye a la polarización política. En el estudio los participantes escribían un ensayo a favor del partido político contrario. Los resultados sugieren que luego de abogar a favor del partido contrario, los participantes que reportaron experimentar más disonancia, en vez de suavizar su afiliación política, la fortalecieron. 

Por lo tanto, si reconocemos que algunos de nuestros rechazos a visiones políticas opuestas se deben a la disonancia cognitiva, nos forzaría a evaluarlas objetivamente, a tomar lo positivo y descartar lo demás. Nos permitiría enforcarnos en probar la vialidad de políticas prácticas en vez de desperdiciar tiempo discutiendo ideologías abstractas. Analizaríamos los problemas desde abajo hacia arriba, evaluando cada aspecto de un problema individualmente. Así nuestras soluciones serían más incisivas y efectivas.

Desempeño Personal 

“La ignorancia genera confianza más frecuentemente que el conocimiento” – Charles Darwin

La zona de muerte para los pilotos suele ubicarse entre las 700 y 800 horas de vuelo totales. Tras estas horas al mando de una aeronave son más propensos a cometer errores, incluso más que aquellos con menos experiencia. 

¿A qué se debe esto? Una posible explicación es que los pilotos con estas horas de vuelo creen tener más conocimiento y experiencia de lo que realmente poseen, llevándolos a sobreestimar sus capacidades.

Sobreestimar nuestras habilidades es un sesgo cognitivo conocido como el efecto Dunning-Kruger. El termino fue acuñado por los psicólogos Justin Kruger y David Dunning tras una serie de estudios donde los participantes realizaban una evaluación y luego eran cuestionados sobre como creían haberse desempeñado. Los estudios mostraron claramente como aquellos con los resultados más bajos eran más propensos a sobrestimar su desempeño.

Curiosamente, el efecto contrario se observó en aquellos con las notas más altas, donde en vez de sobreestimar su desempeño lo subestimaron. 

Estos resultados son importantes. En muchas áreas de nuestras vidas, particularmente en ámbitos laborales, en emprendimientos o actividades financieras donde tomamos decisiones con consecuencias, es de vital relevancia poder corregirnos. Sin embargo, si no somos capaces de evaluarnos a nosotros mismos, sufrimos una doble carga: la de ser ignorantes e ignorar que lo somos.

Por contraintuitivo que suene, entender que nuestras habilidades y conocimientos son limitados, nos potenciaría. En vez de conformarnos buscaríamos más conocimiento y experiencia. Adicionalmente, nos daría la capacidad de entender cuando nos equivocamos, aprender de ello y progresar.

Hay que agregar también, que el exceso de confianza no solo confunde nuestra percepción de nosotros mismos sino también nuestra percepción de otros. Es por eso por lo que atribuimos mayor aptitud a quien se muestra más seguro de sus ideas. En realidad, debemos entender que las declaraciones de confianza absoluta simplemente nos dicen que esa persona ha construido una historia coherente en su mente, no que la historia sea necesariamente cierta.

Finanzas e Inversiones 

“No es lo que no sabes lo que te mete en problemas, sino lo que sabes con certeza y resulta que no es así” – Mark Twain

Los inversionistas exitosos hacen hincapié en que es la capacidad de mantener una visión objetiva, el factor clave para triunfar en los mercados. No obstante, los inversionistas exitosos representan una minoría de los participantes en los mercados; la mayoría constantemente pierde dinero o gana pequeñas cantidades hasta que un evento inesperado los arruina. 

Pensemos en las crisis financieras que muchas veces son inducidas por inversionistas frenéticos que piensan que los activos estarán al alza por siempre. Según la teoría de que los mercados son eficientes, estos eventos no deberían suceder, pero sabemos que si ocurren. 

Hay razones cognitivas detrás de estos eventos, y probablemente la más importante sea la visión de túnel. 

La visión de túnel es una combinación de distorsiones cognitivas que nos hace concentrarnos en una sola fuente de información mientras obviamos el resto del panorama. 

Como invertir se trata de posicionar capital en el presente para beneficiarnos del futuro, existe la creencia de que hay que predecir el futuro. Esto lleva a muchos a extrapolar información que tienen del pasado para hacer una conjetura del futuro. En pocas palabras, fallan en reconocer que hay factores que desconocen.

Por ejemplo, fue el hecho de pensar que como el sector inmobiliario había estado al alza por tanto tiempo que lo estaría para siempre, lo que generó la burbuja de las hipotecas de alto riesgo y explotó en la crisis financiera del 2008. 

En fin, no importar cuanta información del pasado manejemos, al final del día todos compartimos la misma ignorancia del mañana. 

Nuestras inversiones se podrían beneficiar bastante si nos concentráramos no solo en lo que sabemos sino en lo no sabemos. Con este enfoque crearíamos portafolios robustos capaces de resistir el caos del mundo financiero.

Esta es la diferencia entre inversionistas como Warren Buffet que invierten para crear valor a largo plazo y especuladores intentado adivinar si el precio de una acción subirá o bajará en los próximos 5 minutos.

Enfrentando Nuestra Irracionalidad

“La duda no es algo aterrador, sino algo de gran valor” – Richard Feynman

¿Cómo podemos eliminar nuestras irracionalidades? La respuesta es: no podemos. Estamos diseñados para pensar en relatos e historias, no en hechos números y estadísticas. Pero si podemos ser mejores, y el primer paso es reconocer que no somos infalibles. Adoptar esta posición no es resignarnos a no tener convicciones o a tomar riesgos, es estar dispuestos a estar equivocados y aprender. Es preguntarnos: ¿Qué me convencería de que mis ideas están erradas? 

Simplemente con el hecho de cuestionarnos evitamos modelos simplistas de razonamiento, nos apartamos de estructuras mentales rígidas y toleramos más la ambigüedad y la incertidumbre. 

Más Acerca del Tema 

Para los lectores que quieran conocer más acerca del tema de la conducta humana en la economía, los siguientes libros son excelentes para comenzar:

  • Pensar Rápido, Pensar Despacio – Daniel Kahneman
  • Portarse Mal – Richard Thaler
  • El Cisne Negro – Nassim Nicholas Taleb
  • Superpronosticadores – Philip Tetlock y Dan Gardner
  • Thinking in Bets (disponible solo en Ingles) – Annie Duke