Colombia, la cuarta economía de Latinoamérica, de manera consecuente del 2014 a la fecha, viene presentando datos económicos preocupantes, que hacen prender alarmas sobre la salud económica del país. El Ministro de Hacienda, junto con el Director de Banco de la República, lo insinuaron. Dijeron ante los medios de comunicación, que se encuentran en la espera de un informe que muestre cuales son las causas reales del desempleo, no saben qué hacer con este problema, que mes a mes crece.

Durante todo el 2019, el desempleo ha superado los valores del año 2018, presentado en algunos meses valores de dos dígitos, en algunos casos mayores al 10%, convirtiéndose en una de las tasas de desempleo más altas de toda Latinoamérica; preocupa la situación, dada la alta informalidad de la economía colombiana, que representa al 46% de toda la Población Económicamente Activa. 

Pero, el desempleo e informalidad no son los únicos datos que parecen indicar que las cosas en el país cafetero no marchan muy bien. Uno de esos datos tiene que ver con el aumento del tipo de cambio nominal de manera acelerada, perjudicando la capacidad de compra de los colombianos. El 6 de agosto fue un punto de inflexión de esta situación, el tipo de cambio nominal rompió la barrera de los $3.450 pesos por dólar, el valor más alto de la depreciación de la moneda local en los últimos años, convirtiendo al peso colombiano en una de las monedas que mas ha perdido valor. 

Y los datos así hablan, el valor mínimo del tipo de cambio en el 2018 fue de $2.705,34COP/US, esta situación se presentó el 14 de abril; para el 27 de diciembre ese valor estaba en $3.289,69COP/US; en el año 2014 la realidad era otra, el promedio del tipo de cambio fue $2.000,33COP/US, teniendo un valor mínimo en $1.846,12COP/US el 25 de Julio del 2014 y un máximo de $2.446,35COP/US el día 17 de diciembre. Significa esto que un ciudadano colombiano cada día que pasa tiene una capacidad de compra cada vez menor de cestas de bienes y servicios del mundo. 

Si tomamos como referencia el valor de salario mínimo entre los periodos 2014 – 2018, la situación es la siguiente: en el 2014 el salario mínimo legal vigente (SMLV) era $616.027 pesos, y el valor del tipo de cambio promedio fue $2.000,23 COP/US. Después de las operaciones, un colombiano con un SMLV ganaba 307 dólares al mes. 

Para el año 2018, cuando el SMLV en términos de pesos creció el 21% hasta alcanzar los $781.242 y el tipo de cambio nominal en promedio aumentó el 48% llegando a los $2,956.22 COP/US. El salario en termino de dólares esta vez disminuyó hasta 264 dólares, es decir, una disminución de la capacidad de compra del 16%, es decir 43 unidades monetarias menos, frente al 2014. 

En el año 2019 con un tipo de cambio promedio de $3,198.76 COP/US (aumentó el 8%) y un salario mínimo de $828.116 (aumentó el 6%), el salario del año es de 258 dólares, 6 unidades monetarias menos, una disminución del 2% de la capacidad de compra de los trabajadores de Colombia. 

Si se compara esta información con la capacidad de compra de los trabajadores de otros países que ganan un SMLV, particularmente de la región, se tendría que, existe una capacidad de compra inferior a países como Argentina (US$ 276,71), Brasil (US$ 254,57), Chile (US$ 424,01) y Perú (US$ 274,97), incluso con países como Bolivia (US$ 306,82) que es una economía menor a la colombiana, solo por nombrar algunos casos en la región. 

El índice GINI, según el Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (DANE), lo que va corrido del 2019 ubicó a Colombia en 0,52, siendo históricamente uno de los países más desiguales del continente americano. La pérdida de valor del peso con respecto al resto del mundo, sumado a la desigualdad e informal, empeoran salud económica del país. 

La alta depreciación de la moneda, causa en el corto plazo que la cesta de bienes que compran los colombianos del resto del mundo sea menor, como también, la compras que hace la empresa privada y el Gobierno, en alimentos, maquinaria y tecnología, no producida en el país, el resultado de esto es el aumento de la inflación. La deuda pública del gobierno en dólares aumenta su valor, pudiendo destinar dineros que son para la inversión pública y beneficios sociales hacia otros sectores que no tienen igual impacto en la economía local. 

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Lo cierto es que, de continuar con el proceso de devaluación, cada día está más alejada la paridad del poder compra, es decir, la misma cantidad de pesos no son capaces de adquirir la misma cantidad de dólares y por lo tanto no son capaces de comprar la misma cesta de bienes, productos y servicios en el resto del mundo.