El pasado 30 de enero Irán lanzó su primera criptomoneda nacional, la cual está respaldada en oro, la cual denominaron Paymon. Esta medida fue tomada siguiendo el ejemplo de Venezuela, en donde luego de aplicarse sanciones económicas provenientes de USA, el presidente Nicolás Maduro anunció que sería lanzado el controversial Petro, una criptomoneda respaldada en el petróleo. Ambas naciones han encontrado en la tecnología blockchain una salida ante el declive económico.

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Volviendo el caso de Irán, desde el año 2018 el gobierno de este país anunció que estaban trabajando en una criptomoneda propia que serviría para realizar pagos tanto nacionales como internacionales y así evadir el bloqueo impuesto por Estados Unidos. Tales sanciones comenzaron con la exclusión del país de medio oriente de la plataforma de pagos y ventas de recursos entre países SWIFT.

Tal decisión fue tomada por Trump, rompiendo el acuerdo que había establecido el pasado Presidente Barack Obama, imponiendo sanciones graves que vuelve perjudicial para los países del mundo realizar transacciones con Irán.

La respuesta inmediata de Irán fue acudir a las nuevas tecnologías, al hablar de la nueva Paymon, nombre que significa convenio en persa, Seyyed Abotaleb Najafi, CEO de Informatics Services Corporation, compañía que desarrolló el criptoactivo en conjunto con el banco central del país, mencionó que la criptomoneda nacional ha sido diseñada para utilizar nuevas tecnologías en la expansión de los servicios del sistema bancario. También afirmó que luego de ser emitida por el Banco Central de Irán, no necesitará la intervención de un tercero para la transacciones.

Además del lanzamiento de Paymon, el gobierno iraní promulgó un conjunto de normas para fomentar el uso de criptomonedas en la nación, que incluyen más flexibilidad en la minería de criptos, autorización de casas de cambio oficial para criptomonedas y la permisión en el uso de monederos y ICOS.

En líneas generales, aunque algunos gobiernos, se han encontrado renuentes a la idea del uso de las criptomonedas en sus países, otros lo han visto como una solución para mitigar problemas financieros y geopolíticos. En este punto coincidieron Irán y Venezuela, pues ambos ya han sacado al mercado su propia criptomoneda para evadir sanciones internacionales.

Entre otros aspectos en común, estos países presentan una acelerada crisis económica que ha obligado a la población a realizar intercambios en criptomonedas, por lo que ha crecido la popularidad de estas transacciones como un refugio ante la vulnerabilidad de las monedas de sus países.

Así, mucho se ha cuestionado el uso de criptomonedas en los gobiernos, pues en esencia el concepto de estos activos es precisamente no estar respaldada en alguna institución financiera o gubernamental. Al respecto, gran cantidad de expertos coinciden en que estas autoproclamadas “criptos” no deberían llamarse con ese nombre pues no cumplen con una de las características más importantes por las que fueron creadas las monedas virtuales con tecnología de blockchain.

En Venezuela, la población aún no acepta el uso de la criptomoneda nacional, pues dado el descontento social ante las decisiones del gobierno las personas han rechazado el Petro desde antes de su salida.  Por su parte, en Irán aún se está a la espera de la respuesta de las personas pero se estima que será un poco más positiva que en el país latino.

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