Llego el 4 de junio de 2018 y lo que se temía sucedió, la reconversión monetaria fue postergada, fueron muchos los señalamientos desde distintos sectores acerca de la imposibilidad de llevar a cabo la medida para la fecha planteada, 30 días se prorrogó la medida para luego correr la fecha del 4 al 20 de agosto sumándole que ya no serían tres ceros sino cinco los utilizados para realizar la reconversión monetaria. No sorprende que dicha medida que fue anunciada, como es costumbre para el régimen, entre un marco de alta incertidumbre y con altos matices de improvisación, haya tenido un giro en la fecha y la forma de su ejecución, sin embargo la medida continúa siendo meramente estética, la modificación que se hace es de forma y no de fondo, por lo que su fracaso, que ya había sido alertado, sigue siendo inminente. Los problemas que atraviesa Venezuela respecto a su moneda responden a un desorden fiscal de grandes dimensiones, el origen del proceso hiperinflacionario que actualmente padece el país subyace en la continua financiación del déficit fiscal por parte del Banco Central de Venezuela, lo que ha llevado a que la impresión de dinero por parte del ente oficial haya llevado la liquidez monetaria a términos de billardos (un billardo tiene 15 ceros).

Recientemente el Fondo Monetario Internacional actualizó su previsión de la inflación venezolana, colocándola en 1.000.000% para finales de 2018, una cifra que aunque parece abrumadora podría quedarse corta mientras se siga la senda del socialismo del siglo XXI, las políticas implementadas durante dos décadas de chavismo gestaron la profunda crisis que hoy padece Venezuela y un cambio cosmético, como lo es la reconversión monetaria, no harán mella en la profundización de dicha crisis. La justificación dada para esta nueva prórroga y cambio en las condiciones originales es que la arremetida de la inflación inducida ha sido muy intensa, nuevamente se insiste en desconocer el origen fiscal de la hiperinflación y se decantan por adjudicársela a una clase empresarial y comerciante especuladora que se lucra con astronómicas ganancias, se insiste en un diagnostico errado del problema que conlleva a la aplicación de medidas que atacan las consecuencias más no la causa del problema.

Inicialmente el factor de reconversión era 1:1000, lo que haría que BsF.  1.000 pasaran a ser BsS. 1, ahora pasó a ser 1:100000, lo que significa que BsF. 100.000 pasarán a ser BsS. 1. Los sistemas informáticos que son utilizados para llevar los procesos financieros y contables en el país han venido presentando problemas debido a la cantidad de dígitos que deben manejar, esto debido al alza en los precios, esto pudiese agudizarse al punto de provocar un colapso en el sistema de pagos del país, un ejemplo sencillo es cuando la persona va al mercado y al momento de pagar debe dividir el pago en varias transacciones ya que el punto de venta no acepta el monto total de la compra, si esto sucede actualmente no es difícil imaginarse lo que puede suceder en unos meses cuando la tasa de inflación continúe su ascenso. Es quizá esta la principal causa de que se haya tomado la decisión de aumentar el factor de reconversión de 1:1000 a 1:100000, aunque es claro que es necesario tomar esta medida con miras a evitar un colapso en los sistemas de pagos no es suficiente para corregir el problema.

La pérdida de poder adquisitivo del Bolívar ha sido clara y notoria, el billete de más alta denominación del cono monetario actual, el de BsF. 100.000 no compra nada, y el de más alta denominación del nuevo cono con un factor de reconversión 1:1.000, el de BsS. 500 se encontraba en la mismas condiciones, inclusive antes de ser modificado el proceso de reconversión, lo que da una idea de lo inútil de esta medida por sí sola, de no estar acompañada de una seria de medidas que apunten a preservar el valor del dinero en el tiempo este proceso de reconversión monetaria puede repetirse incontables veces sin resultados positivos. Esta nueva reconversión vendrá acompañada de un anclaje del nuevo Bolívar Soberano al Petro, esto con el fin de preservar el poder de compra del venezolano, esto no puede calificarse sino de una medida totalmente descabellada, el Petro es un proyecto que al día de hoy no ha sido materializado, en su momento se dijo que estaba respaldado por un bloque de reservas certificadas. Esto no es más que un sin sentido, el ancla de toda moneda es la confianza que tengan los agentes económicos en ella, sumado a que el Petro aún no ha visto luz y que su respaldo se encuentra en un bloque de reservas petroleras certificadas, reservas que se encuentran en el subsuelo y que al no estar explotadas su valor en cero, intentar anclar la moneda a un activo que es ilíquido no tiene ningún tipo de sentido.

No se requiere de un análisis muy profundo para entender que no hay un cambio de fondo sino de forma detrás de este nuevo anuncio, modificar el factor de reconversión a ser utilizado no resuelve la grave problemática que afronta el país, es tan solo una medida cosmética que probablemente sea nuevamente prorrogada o modificada conforme vaya pasando el tiempo y la hiperinflación continúe su senda de crecimiento, los sistemas de pagos se han visto fuertemente afectados por la grave escases de efectivo que se ha instaurado de manera permanente desde hace ya un tiempo, no atacando las consecuencias como se resuelven los problemas, esto solo llevara a la aplicación de paños de agua tibia que solo aplacaran el problema momentáneamente, es necesario y urgente un cambio en la dirección política y económica del país que permita la construcción de un modelo económico que otorgue las condiciones mínimas para que los agentes económicos prosperen y la sociedad en función de su esfuerzo productivo alcance el máximo bienestar posible.